Capítulo 16

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En algún momento me quedé dormido y la mañana llegó demasiado rápido. Protesté como cada día y me senté a la mesa de la sala a desayunar con todos.

Ulises no podía esconder la sonrisa idiota que me hizo revolver el estomago.

Otra vez...

Sentí el impulso de arrancarle los dientes con mis manos, pero preferí mirar mi taza de café humeante en silencio.

-Gabriel, ¿tienes planes para esta tarde?. Podríamos seguir viendo la serie, si quieres.-

La dulce voz de Valeria me obligó a levantar la mirada.

-Si, eso suena bien.-

-La próxima vez me uniré a ustedes, pero hoy no, porque tengo planes.-

Dijo Ulises y mi estómago me amenazó con devolver la tostada que llevaba diez minutos intentando terminar.

-No estás invitado, Ulises. Ni siquiera sabes que serie estamos viendo.-

Siguieron hablando entre ellos por largo rato, pero perdí el hilo de la conversación volviendo a ocupar mi atención en la taza de café.

Más tarde, en el instituto, busqué a Azul con la mirada. Cuando al fin di con ella, la vi esconderse y evitarme tantas veces que decidí no obligarla a tenerme cerca.

Lucía encantadora con el pantalón de jean y la blusa celeste que hacía resaltar sus curvas.

Ulises tenía tanta suerte, TANTA SUERTE.

No iba a cansarme de pensarlo.

-Ey, mira...-

El maldito suertudo me mostraba el contenido de su billetera, un paquete plateado brilló, sacándome el aire de los pulmones.

Lo miré intentando disimular mi estado, y vi a los lejos a Azul acercándose a la puerta de salida del Instituto.

-Creo que...-

-Tengo todo planeado, voy a llevarla ahora a casa de mis tíos.-

-¿No te parece que deberías avisarle con tiempo para que pueda, no sé, prepararse para algo así?. Pensar si quiere o...-

-No, lo tengo decidido, será hoy.-

Sin proponérmelo lo tomé del brazo y lo detuve.

-No es algo que puedas decidir tú. Definitivamente NO es algo que puedas decidir por ella. Lo sabes, ¿verdad?.-

Intenté suavizar mi voz a mitad de la frase, al darme cuenta de lo dura que estaba sonando.

-SI, Gabriel. Lo sé.-

Se removió liberándose de mi agarre y sonrió ampliamente a Azul, que le devolvió el gesto.

Me quedé solo cuando él casi corrió en direccion a ella, habia perdido la oportunidad de detener a aquel idiota y la bilis subió por mi garganta cuando imaginé lo que sucedería entre ellos.

Torturado, esa era la palabra para describir mi estado.

Mi mochila salió volando por el aire ni bien crucé la puerta de mi habitación y me tiré en la cama aún con el estómago revuelto.

Tendría que haber hecho algo, tendría que haberme quedado cerca por si Ulises volvia a perder los estribos, no tendría que haberme ido dejándola con él.

Mi teléfono sonó en alguna parte de la habitación y me puse de pie con urgencia, quizás fuera ella, pidiendo ayuda.

Aquello sonaba estúpido, pero mi cerebro no estaba en condiciones de usar la lógica.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora