Se detuvo en seco y miró la taza con seriedad, ¿era aquello posible?
-Eh, no. Fue una casualidad, ya tenía este viaje planeado con mi padre desde la última vez y me pareció buena idea ver cómo estabas, aprovechando que estoy aquí.-
No pude evitar sonreír, ella mentía muy mal y me pareció encantadora su desesperación por sonar convincente.
¿Que posibilidad había de que ella hubiera hecho aquel viaje relámpago para verme a mi?
Las posibilidades eran pocas, y seguro habría otro motivo, pero la ilusión me dio años de vida.
-Gracias.-
Hubo algunas miradas incómodas y me sentí nervioso. Como hacía años no lo hacía.
Sus uñas perfectamente cuidadas golpeaban la mesa y luché con el impulso de tomar su mano para detener aquel acto de ansiedad.
-¿Y tú cómo estás?.-
-¿Yo?.-
-Si, siempre hablamos de mi y casi nunca de ti.-
Mordió la piel de sus mejillas y parecía no saber qué responder.
-Yo estoy ocupada, ya sabes, la universidad es dificil y estoy yendo al psicólogo.-
-¿En serio? no lo sabía.-
-Si, creo que lo necesito, bueno eso dice Laura.-
Sonrió nerviosa.
-¿Y sientes que te ha ayudado?.-
-No lo sé, empecé hace muy poquito pero ella tiene las expectativas altas conmigo, y dice que es bueno que tú me cuentes tu experiencia en la cárcel.-
-¿Hablas de mi con ella?.-
Se detuvo a mirarme un tanto contrariada, y seria.
-Claro que hablo de ti, y de todo lo que pasamos. Fueron los peores años de mi vida, Gabriel.-
-Tienes razon, soy un idiota. ¿Y qué dice?.-
-Que estoy bloqueada, y por eso no me permito sentir.-
-¿No te permites sentir?.-
-Ella cree que de a poco lo conseguiré, pero yo no estoy tan segura. Es más, no estoy segura de querer recuperarme.-
-¿Qué dices?.-
-La vida es más fácil así, ¿sabes lo liberador que resulta saber que nada te va a hacer daño? No sé si quiero volver a ser débil.-
-En eso tienes razón. Pienso que podría ser útil en algunos momentos.-
Ella me sonrió y supe que mi respuesta la sorprendió.
-Absolutamente.-
-Pero hay emociones que nos llenan de vida, como la molestia en el estómago cuando vas a ver a la persona que te gusta.-
-Era horrible esa molestia, y no la extraño. Solo conseguía ponerme nerviosa y decir estupideces.-
Rompí a reír con el gesto de asco que hizo.
-A mi me parecía encantador cuando te ponías nerviosa y tus mejillas se ponían coloradas.-
-Yo lo odiaba, Gabriel. Ese calor horrible que subía por el cuello sin poder detenerlo. Uf, ¿quien en su sano juicio podría extrañar eso?.-
No podía fingir que no me dolía saber que no le provocaba nada tenerme en frente, pero creo que pude disimularlo.
-Yo lo extraño.-
ESTÁS LEYENDO
Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)
RomanceLlegó el momento de conocer la historia de Gabriel. (Secuela de "Soñándote despierta") Azul irrumpirá en su vida convirtiéndose en un problema más, de los miles que ya tiene. Toda su realidad se encuentra de cabeza luego de un hecho poco claro y gra...