La encontré con la espalda apoyada en la pared, junto a la puerta de acceso al hotel.
-Pensé que me habías dejado.-
-Aún estoy aquí.-
Su humor no había mejorado, al contrario.
-¿Se puede saber qué te sucede?.-
-Necesito desayunar.-
Se puso en marcha rumbo al centro de la ciudad y la seguí.
Intentamos tomar asiento en una cafetería, pero estaba explotada de gente así que no nos quedó otra opción que el "take away".
-¿Qué quieres tomar?.-
-Puedo hacer mi propio pedido.-
-Ok, intentaba ser un caballero.-
-Pues no lo eres. Un cappuccino y un muffin de vainilla, por favor.-
Hizo ademán de sacar la billetera, pero la detuve.
-Ni en broma te atrevas a intentar pagar.-
Se giró molesta y esperó su pedido alejada de mí.
No supe qué demonios había hecho para que estuviera con aquel humor, pero algo me decía que iba a ser difícil arreglarlo.
Salimos cinco minutos después con ambas manos ocupadas y cruzamos a un parque que a aquella hora, un miércoles, se encontraba casi vacío.
Tomamos asiento en un banco sin respaldo y comenzamos a desayunar en silencio.
Hasta que no aguanté más y hablé.
-¿Qué he hecho mal?. ¿por qué estás enojada?.-
Se giró a verme como si fuera una pregunta estúpida, y volvió a mirar en otra dirección.
-¿No tienes idea?.-
-No estaría preguntándotelo si lo supiera.-
El mal humor comenzaba a resultar contagioso.
-¿Por qué has dormido en el suelo?.-
-Para darte espacio, tenía miedo de...-
Se giró interesada, y cargó toda la intensidad de su mirada en mi.
-¿De qué?.-
-De acercarme demasiado mientras dormíamos, de... de abrazarte o tocarte estando dormidos, quiero decir, que quizás dormido podría hacer algo que te incomodara o que no quisieras y, bueno, no sé, quería que... tú no te sintieras obligada a despertar... en mis brazos.-
Terminé de hablar y quise azotarme un golpe, aquello había sonado tan estúpido, tan poco claro, y tan infantil. Pero sus ojazos me miraban tan fijos que no ayudaban a aclarar mi mente y mucho menos mi vocabulario.
Giró el cuerpo en mi dirección y tomó un trago de café.
-Así que lo has hecho por mí.-
-Por supuesto, y también por mi.-
Parecía desconcertada cuando frunció el entrecejo.
-¿Temías que fuera a atacarte dormido?.-
Sonrió y sentí paz.
-La verdad es que si, y estando dormido no hubiese podido contenerme.-
-Despierto tampoco te has logrado contener.-
-JA-JA. Ya lo sé, graciosa.-
Rei avergonzado por mi "accidente".
-¿Por qué intentas contenerte?.-
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Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)
РомантикаLlegó el momento de conocer la historia de Gabriel. (Secuela de "Soñándote despierta") Azul irrumpirá en su vida convirtiéndose en un problema más, de los miles que ya tiene. Toda su realidad se encuentra de cabeza luego de un hecho poco claro y gra...