Capítulo 18

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La noche estaba cerrada, las nubes lo cubrían todo y solo caminé...

Transcurrido algún tiempo, la casa de Marcel apareció frente a mi, y no supe ni cómo llegué allí.

El sonido de la música seguía demasiado alta y los jóvenes perdedores continuaban desparramados por todos lados, aunque en aquel momento el estado en el que se encontraban era aún peor que antes de irme con Azul. O eso creía, mi propio estado era tan lamentable cuando ella me sacó de allí, que era imposible estar seguro de algo.

Había vuelto a ponerme mi ropa en el camino y tiré por ahí el short que me dio ella luego del baño.

Me sentía casi libre de los efectos del alcohol y eso resultaba desesperante, tenía la conciencia real de todo lo que estaba sucediendo en el mundo.

Había estado tan cerca de aquellos labios y seguía sin probarlos, y peor aún, había visto lo buena que ella había sido conmigo, lo desinteresado de su ayuda, y la culpa golpeó mi pecho con fuerza.

Sabía que no había estado bien, pero las cosas comenzaban a volverse extrañas cuando la tenía cerca.

Tenía que cortar de raíz cualquier tipo de confusión al respecto.

Y ya...

Sentí unos dedos moverse por mi espalda y me giré.

Dana sonreía satisfecha y el rojo de sus labios recién pintados disfrutaron del roce de su lengua.

Su sensualidad podía enmudecer a cualquiera, ella lo sabía y actuaba dejando al resto de los mortales con la boca abierta. Y yo, en aquel instante, me encontraba gozando de su entera atención, algo que inflaba mi ego y algo más...

Pero...

Mi cerebro se encontraba tan libre de alcohol que mi deseo sexual se quedó dormido y mi ego se tomó vacaciones.

Necesitaba dejar de pensar, necesitaba volver una hora atrás y vivir nuevamente las atenciones de Azul.

Ella me había cuidado, me había tratado bien...

Y aquella sensación en el estómago de estar haciendo todo mal, que no se iba.

Tantos problemas, tanto sufrimiento y estaba haciéndola participar de mis días oscuros, aquello me convertía en un egoísta.

Tenía que dejarla en paz, tenía que mostrarle lo mierda que podía ser para que vuelva a su vida.

¿Con qué derecho me había sentido así de mal al saber que existía la posibilidad de que se acostara con Ulises?, ¿Con qué derecho?.

Con ninguno.

Pero qué fácil decirlo y qué difícil dejar de sentir.

Miré a los ojos a Dana y vi el fuego en los suyos, exigían el pago de lo adeudado.

-¿Has vuelto?-

-Ajam...-

¿Cómo explicarle que no tenía ni puta idea de cómo había llegado allí?.

-Ya te has convencido de que aquella niña jamás podrá darte lo que yo si?.-

-¿De qué hablas?.-

Cambió de pose haciéndose la misteriosa.

-No te hagas el tonto.-Así me sentía.- Esa chica tiene desde hace años al novio con los cojones casi explotando por no darle lo que necesita.-

Su "metáfora" me tomó por sorpresa y me encontré imaginando los cojones de Ulises, algo que me generó un revoltijo en el estómago, casi instantáneo.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora