Capítulo 26

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Estaba preparando mi cena cuando alguien llamó a la puerta.

No podía imaginar de quien pudiera tratarse, ya que no había nadie que supiera que estaba allí, quizás se tratara de algún vecino o el dueño del rbnb.

Abrí la puerta de par en par y casi se me cae la mandíbula cuando la vi.

-Hola. ¿Puedo pasar?.-

Azul me miraba aguardando respuesta, un tanto impaciente.

Yo me había quedado petrificado, y solo atiné a hacer lugar permitiéndole pasar por mi lado.

Giré a verla cerrando la puerta detrás de mí y me quedé allí. Atónito.

Su cabello ya no era rubio platinado como en el pasado, sino oscuro y le sentaba perfecto con su nueva edad, la hacía lucir más madura y sofisticada.

No esperó a que la invitara a sentarse y lo hizo.

-¿Quieres tomar algo?.-

Negó con la cabeza y rebuscó en su bolso con impaciencia. Parecía estar de mal humor.

Pensé en sentarme a su lado, pero preferí el sofá individual que nos daba espacio.

-¿Cómo supiste que estaba aquí?.-

-Esta ciudad es pequeña y todos nos conocemos, el dueño de este piso es mi vecino. Y escuché cuando se lo comentaba a mi padre.-

Su voz sonaba nerviosa.

-¿Y qué haces aquí?.-

No quise sonar brusco, pero la duda estaba matándome.

Mojó sus labios mirando un punto fijo en el suelo y se demoró algunos segundos antes de hablar, mis ojos se perdieron en el movimiento de su lengua y tuve que mirar en otra dirección para concentrarme.

Era tan fucking sexy...

Y yo tan débil a su alrededor.

-Sé que necesitas ayuda por tu...-Hizo pausa mirándome fijamente y tiró el veneno.- ...amiguita.-

Mi corazón dio un brinco y comenzó a latir con fuerza, estaba haciendo una escena de celos, Azul me estaba celando, no pude evitar que mis labios formaran una sonrisa y lo vio, poniéndose completamente furiosa.

Se puso de pie tirando de su bolso que colgaba de su brazo derecho. También me levanté, casi por reflejo.

-Me voy, no tengo idea de qué estoy haciendo aquí, soy una idiota.-

Caminó hacia la puerta y me apoyé en ella, antes de que pudiera intentar abrirla, bloqueandole el paso.

-Has venido a decirme algo que aún no has dicho.-

-Me arrepentí.-

-Veo que eso es algo que te sucede muy seguido.-

Nos separaba un metro, parecía estar tan cerca y tan lejos.

-No, suelo ser muy segura, ¿sabes?.-

Clavó sus ojos en los mios, reforzando el significado de sus palabras.

-No cuando se trata de mí.-

Respondí con soberbia.

-No eres tan importante.-

Intentó hacerme a un lado, pero solo consiguió que me diera la vuelta dejándola a ella apoyada en la puerta conmigo tan cerca que podía casi escuchar su corazón, pero sin tocarla.

Mis manos apoyadas a los lados de su cabeza.

La vi tragar saliva con esfuerzo y sus ojos se clavaron en los míos, otra vez.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora