-¿Cómo te sientes?.-Mi padre llevaba algunos minutos sentado a los pies de la cama, luciendo muy triste.
-Asustada. Los médicos cambian de pronóstico casi todos los días y no estoy segura de qué esperar.-
-Gabriel es un joven fuerte, confío en que mejorará.-
-Me gustaría estar tan segura de eso como tú. No puedo creer lo que está sucediendo, papá.-
Las lágrimas acumuladas fluyeron por mi rostro y él se acercó a abrazarme.
-Lo amas, ¿verdad?. ¿Aún lo amas?.-
Se alejó a mirarme a la cara y no pude responder a su pregunta.
-No lo sé, solo sé que si algo le sucediera...-
Rompí a llorar como una niña pequeña y me abrazó con más fuerza.
-Estará bien, ya lo verás.-
-¿Y si no, y si no sale de esta?.-
Mis ojos buscaron la respuesta en los suyos, necesitaba saber. Necesitaba que alguien me dijera cómo el mundo seguiría funcionando sin él, porque yo no podía siquiera imaginarlo.
-Tenemos que tener fé, amor. ¿Quieres que vayamos a la iglesia a rezar por él?.-
Negué automáticamente con la cabeza.
-No, no quiero.-
Llegué al hospital como cada mañana y me senté en el lugar que se convirtió en mío, tomé un café asqueroso de la máquina y esperé.
Luego de una hora se acercó una mujer y tocó mi hombro.
-¿Sabes si ésta es la habitación de terapia intensiva?.-
-Si, aquí es.-
Ella tomó asiento a mi lado y apretó su bolso con nerviosismo.
-¿Sabes a qué hora se puede ingresar?.-
-Solo te lo permitirán si eres familiar directo.-
Su pecho se desinfló con frustración. Entendí su sentimiento perfectamente.
-Entonces es inútil, gracias.-
Se puso de pie y la miré a la cara por primera vez.
-Espera, creo que te conozco. Tú trabajas en el bufete de abogados de mi padre, ¿verdad?.-
-¿Eres Azul?.-
-Si. Así es.-
Sonreí, ella parecía muy tímida.
-Bueno, es un gusto. Te he visto varias veces en la oficina, pero no te había reconocido.-
-No estoy en mi mejor momento, quizás sea por eso.-
Tomó asiento a mi lado nuevamente, y se giró en la silla para verme de frente.
-¿Te han dejado verlo?.-Su pregunta me sorprendió.- A Gabriel, me refiero.-
No había asociado que pudiera estar allí por él. También.
-¿Lo conoces?.-
-Si, claro. Nos conocemos.-
La expresión en su rostro y la tristeza en sus ojos me llevaron directamente a entender toda la situación.
-¿Ustedes...?.-Ella pareció apenada y me di cuenta de que me estaba excediendo, no debía ser así de indiscreta.- Lo siento, no tienes que responderme.-
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Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)
RomanceLlegó el momento de conocer la historia de Gabriel. (Secuela de "Soñándote despierta") Azul irrumpirá en su vida convirtiéndose en un problema más, de los miles que ya tiene. Toda su realidad se encuentra de cabeza luego de un hecho poco claro y gra...