Capitulo 13

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Crucé la puerta de la cafetería y tomé asiento junto a Marcel, Clara y dos chicos que aún no conocía.

Era bueno tener un lugar donde apoyar el culo, sin estar solo en algún rincón del patio de deportes por ser el nuevo y poco querido, recién llegado.

Tener, al menos, dos personas dispuestas a darme charla.

-Gabriel, ya casi no se te notan las ojeras por la borrachera del martes.-

Dijo Marcel y asentí.

-¿CÓMO EL MARTES?-

Preguntó Clara frunciendo el entrecejo.

-El martes Gabriel se unió a la fiesta en mi casa.-

-Pero no me habías dicho nada, podría haber ido.-

-Creeme que él no te ha extrañado nada, ha conseguido sustituirte fácil.-

Quise desaparecer del planeta en ese momento. El rostro de la chica se veía desencajado.

-Eso es imposible. ¿Con quién has estado?.-

-Ehh...-

No supe qué responder, no los conocía tanto como para saber qué decir y qué callar, pero definitivamente responder a esa pregunta iba a sonar mal.

Si bien la noche de la fiesta en casa de Elena no habíamos llegado a la cama, ella parecía un poquito territorial cuando hablaba de mí.

Léase el sarcasmo, cuando digo "poquito".

Miré alrededor pensando una respuesta y unos ojos amarronados y curiosos detuvieron mi camino, anclándome a ellos.

Azul me miraba fijo y fue extraño, intenté seguir mi recorrido pero fue casi imposible, lucía encantadora con su cabello suelto y lleno de ondas naturales, un tanto abultadas. Se llevó un mechón detrás de la oreja y su rostro se vio despejado. La delicadeza de su movimiento me deleitó, femenina, fina, una princesa.

Quise seguir con mi inspección, pero Clara tenía otros planes, sentí sus manos alrededor de mi cuello y un segundo después mis labios eran reclamados por los suyos de forma abrupta.

Le seguí el juego y nos besamos con ganas, no lo había esperado pero bienvenido sea.

La mesa a nuestro alrededor explotó en aplausos y risas, y me sentí motivado a tomarla de la cintura acercándome más. Estábamos dando un espectáculo, pero no me importó, no tenía nada que perder y quizás podía terminar de una vez lo que quedó inconcluso, el sábado, entre nosotros.

Luego de algunos largos segundos, nos dimos aire, y ella me abrazó con fuerza, dejándome la libertad de ver la cafetería por completo.

Busqué donde hacía poco rato había estado Azul pero ya no estaba, ni ella, ni sus amigas. Se había ido, en algún momento, dejándome con ganas de verla un momento más.

Mierda, Ulises era un maldito suertudo.

-¿Quieres venir a casa esta tarde?.-Se acercó más a mi oído y susurró- Mis padres no estarán.-

Sonreí satisfecho y asentí, era todo lo que necesitaba para levantar el día, y liberar un poco de estrés.

Acerqué mis labios a su oreja hasta casi rozarla y susurré al tiempo que la oía suspirar por lo bajo.

-¿Y por qué no vamos ahora mismo?.-

Me miró dubitativa y luego sonrió, mordiéndose el labio.

Nos pusimos en marcha con el plan listo para escapar del instituto, que como buena chica que no le molestaba meterse en problemas, ella conocía. La seguí y juntos cruzamos por una zona escondida donde el instituto quedaba desprovisto de seguridad, tuvimos que hacernos pequeños pero lo conseguimos.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora