Las siguientes semanas nos mantuvimos separados, y fue duro. Sabrina continuaba muy misteriosa y sabía que estaba ocultando cosas, temí que se tratara de su salud pero los médicos me daban explicaciones sobre su tratamiento, cosa que me dio un poco de paz.
La secretaria de Carlos, Alicia, me esquivó varias veces cuando nos cruzábamos en la oficina hasta que decidí que era hora de hacerse hombre frente a ella.
-Estoy enamorado de otra mujer, lo siento.-
Vi sus esperanzas hacerse añicos pero no podía hacer otra cosa.
Jugar con sus sentimientos e ilusiones me convertían en un patán de los que no quería ser.
-Sabrina, estás pálida.-
Se tocó el rostro y secó la transpiración de su frente al tiempo que buscó una silla y se sentó, me puse de pie al instante y toqué su frente, transpiraba frío y sus labios comenzaron a ponerse azules.
-Crreeo quee...-
No terminó la frase ya que perdió el conocimiento y se desató una nueva pesadilla.
Hospital, jeringas, sueros, médicos, antibióticos, y miedo, muchísimo miedo.
Sabrina parecía cada vez más débil y aunque había intentado hacer caso omiso al hecho de aquella realidad, debía enfrentar la verdad.
No parecía mejorar, sino todo lo contrario.
-Doctor, el tratamiento no está funcionando.-
-Gabriel, hemos tenido que cambiar las pastillas porque el resultado de las anteriores ha sido malo, hay más órganos dañados y la cosa se pone muy fea.-
Un temblor cruzó mi cuerpo y me faltó el aire. Aquellas palabras habían estado en todas mis peores pesadillas de los últimos tiempos.
Mis manos temblaron y sentí la necesidad de sentarme.
-¿Qué quiere decir exactamente?.-
-Que los tratamientos no están dando buenos resultados, sabíamos que sería un camino duro pero los daños son cada vez mayores y más difíciles de recuperar. Solo hay una opción, pero...-
-¿Cúal?.-
La ansiedad me atacó.
El médico se detuvo, tomó aire y me habló lentamente como si fuera un extranjero.
-Es muy costoso, hijo. Y nosotros no tenemos los recursos en este hospital para llevarlos a cabo.-
-¿Cuánto?.-
-Doscientos mil dólares. Solo el pago inicial.-
Me quedé helado, naturalmente no tenía ese dinero y no iba a conseguirlo de ninguna manera lícita antes de que Sabrina empeorara.
Llevé las manos a mi cabeza y presioné con fuerza, sentía que iba a estallar. Caminé en círculos en la oficina y el doctor se puso de pie, tomando mi mano, deteniéndome.
-Hay una manera.-
Dijo en apenas un susurro, como si de un secreto se tratara.
-¿Cuál?.-
-La cobertura médica que tienes con tu trabajo es la mejor y más completa del mercado. E incluye el tratamiento que necesita Sabrina.-
-Podemos asegurarla también.-
Una luz brilla frente a mis ojos y me agarré con uñas y dientes.
-Espera, no es tan sencillo, ninguna aseguradora va a prestar el servicio si ella ya tiene una enfermedad que requiere un tratamiento tan costoso, ¿entiendes?. Al final de cuentas la salud es un negocio también.-
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Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)
RomanceLlegó el momento de conocer la historia de Gabriel. (Secuela de "Soñándote despierta") Azul irrumpirá en su vida convirtiéndose en un problema más, de los miles que ya tiene. Toda su realidad se encuentra de cabeza luego de un hecho poco claro y gra...