Capítulo 30

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Dos días después llegué de trabajar y me tiré al sofá a descansar cuando mi celular se encendió.

"-Hola, ¿cómo ha ido tu día?.-"

Era ella, y aunque me costó unos pocos segundos reaccionar, le respondí de la misma forma casual.

"-Agotador, pero me pagan bien así que no me quejo.-"

"-Excelente, nada que una buena ducha y horas de sueño no puedan arreglar.-"

Sonreí sorprendido de que seamos capaces de hablar de aquella forma. Sin lastimarnos.

"-Exactamente. ¿Y tu día cómo ha ido?.-"

"-La verdad que no muy bien, he tenido un examen hoy y creo que ha sido un completo desastre.-"

"-¿No habías estudiado?.-"

"-Esa es la peor parte de todo, dediqué el fin de semana completo a estudiar y no ha servido de nada.-"

Cuando miré el reloj ya era medianoche y seguíamos chateando de diferentes temas, entre los cuales aprendí los nombres de sus compañeras de habitación y el de algunos profesores.

"-Creo que deberíamos ir a dormir.-"

"-Es tarde, si.-"

"-Descansa.-"

"Tú también.-"

Aquella noche dormí con una sonrisa en el rostro que nada podía quitarme, una sensación extraña me indicaba que cosas buenas vendrían.

Difícil de explicar, pero se sentía muy real.

Una semana después nuestro hábito de preguntarnos cómo fue nuestro día se volvió rutina, y comencé de a poco a sentirme más cerca de ella.

"-¿Has trabajado hoy o sigues robandole el dinero a tu jefe?.-"

Ese era el tipo de comentarios que abundaba de parte suya, y me había quitado más que una sonrisa cuando los hacía.

No quise decirle que su padre era ese jefe al que se refería, porque él me lo había pedido de forma expresa.

"Hoy he tenido que ganarme el pan pero estuvo bien. ¿Y tú, has simulado que aprendías algo?.-"

"-Si, he tenido que poner carita de angel y observar al profesor mientras se paseaba hablando de cosas que ninguno captó.-"

Sonreí al imaginarla.

"-Serás una pésima abogada.-"

"-Tendré que buscar un socio que haga todo el trabajo.-"

"-Y llevarte el crédito.-"

"-Por supuesto.-"

Varias semanas después comenzaron a faltar temas de conversación y las preguntas se volvieron más personales.

"-¿De donde conoces a Sabrina?.-"

La peor época de mi vida apareció en mi memoria y me sentí incómodo, confiaba en ella pero no sabía si realmente quería recordar.

Intenté escribir mi respuesta en varias ocasiones y me arrepentía, borrándolo todo. Luego de varios intentos ella me escribió.

"-Perdon por preguntar, no tienes que responder.-"

"-Quiero responderte. Quiero que sepas todo de mi.-"

Suspiré e intenté enfocar mis recuerdos para escribir, pero las manos temblaron y mis ojos se nublaron.

Presioné el botón de llamada y aguardé.

-Hola.-

Dijo su voz sorprendida del otro lado.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora