Capítulo 14

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Azul no perdió el mal humor y le respondió de malas formas a los intentos de él de evitar que se fuera.

Pensé en dejarlos solos, pero cuando quise hacerlo ella ya había dado un portazo dejando a Ulises con cara de payaso del lado de adentro.

Se giró a verme y vi el reproche en sus ojos.

Alcé las manos, defendiéndome.

-No he hecho nada. Tu novia es rara.-

Me giré para volver a la cocina pero él tenía otros planes.

-Ven aquí.-

Me detuve para no discutir y volví lentamente de forma dramática, mirándolo a los ojos.

-¿Qué quieres?.-

Pregunté canturreando, para aliviar un poco la tensión.

-¿Por qué se fue así?.-

-Mira, amigo. Tú deberías entenderla, es tu novia. Yo no tengo idea qué bicho le picó. Solo fui amable con ella y parecía enojarse cada vez más.-

-¿Qué le dijiste?.-

-NADA, HOMBRE, NADA.-

Me escabullí en la cocina, pero siguió mis pasos.

-Gabriel, ¿por qué se fue así?.-

-Uy Dios, te he dicho que no tengo idea. Me habló de Clara y trajo una prenda que ella olvidó en casa de Elena el sábado. Para eso ha venido.-

-¿Una prenda? ¿Y quién carajos es Clara?.-

Uf, el interrogatorio se ponía cada vez más intenso.

-La chica que me follé hoy y con la que estuve en la fiesta. Olvidó una camisa o blusa, no lo recuerdo, la cosa es que de alguna forma llegó a manos de Azul y ha venido a devolverla.-

Frunció el ceño como si yo le hablara en chino. Y volvió a la sala con paso firme.

Revoleé los ojos y lo seguí, no quería volver a reñir con él, la verdad era que parecía buena persona y en aquel momento de mi vida solo necesitaba un poco de calma.

Ulises estaba tirado en el sofá con la mirada en la nada y me sentí un poco apenado por él.

-Vamos hombre, te juro que no le dije nada.-

-No lo sé, Gabriel. Todo se vuelve cada vez más difícil y siempre que la veo está contigo y el clima se vuelve raro. -

-Y dale con la paranoia. No me pasa absolutamente nada con Azul. Es tuya.-

Hice hincapié en cada palabra, necesitaba superar esa duda para que el chico dejara de verme como una amenaza. Además, ella había sido bastante clara al respecto, no tenía ningún interés en mí.

-Cada vez estoy más lejos de que sea mía, no va a perdonarme nunca lo que hice. -

Ulises se agarró la cabeza con fuerza con sus codos apoyados en sus rodillas, parecía casi desesperado y sentí pena.

-No te mortifiques. Lo importante es que entiendas, de una vez, que voy a respetar la lista. -

Guardó silencio un momento y se rascó la cabeza con fuerza, como si quisiera arrancarse los pensamientos.

-Quizás deberíamos modificar algunos nombres. Creo que me excedí un poco. Y podría darte algunas libertades más. -

Asentí de forma exagerada y sonreí cuando me vio, la verdad era que se había excedido bastante, de mi curso solo podía acercarme a dos o tres chicas y lo mismo en cada clase. Ulises conocía mucha gente que conocía mucha gente y todas las mujeres resultaban estar con alguien.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora