Capítulo 38

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Encontramos un hotel luego de varias búsquedas y nos presentamos en la recepción.

-Hola, buenas tardes, ¿en qué puedo serles útil?.-

Azul y yo comenzamos a hablar al mismo tiempo y ella puso una mano en mi pecho haciéndome callar.

-He llamado hace un momento para hacer una reserva a nombre de Azul-

¿Queee?

-¿Qué hiciste qué?.-

No daba crédito, ella me ignoró por completo y me sentí un idiota.

El recepcionista buscó en un gran cuaderno y marcó con su dedo los datos que allí estaban, luego se giró ingresando los datos de la tarjeta que ella le tendió.

El hombre buscó una tarjeta que luego le entregó a Azul.

-Aquí está, habitación 2102.-

Ella miró la tarjeta y una sonrisa nostálgica se formó en su rostro.

-Yo tambien necesito una habitación, simple, por favor.-

Le dije al hombre dejando que Azul se alejara, camino a los ascensores.

-Ya mismo, señor.-

Se puso a mirar su cuaderno y Azul volvió a ponerse a mi lado, extendiendo su mano hacia el recepcionista.

-Ha sido un error, lo siento.-Me miró y me tomó del brazo haciéndome avanzar, me resistí.-Tengo una habitacion doble, es suficiente para los dos.-

-No voy a dormir contigo.-

Ya a aquellas alturas me sentía molesto. Y sin dudas se notaba en mi rostro.

-No necesitas ser tan antipático.-

-Y tú tan... tan...-

La puta palabra que quería decir no me venía a la cabeza.

-¿Tan linda?.-

Dijo jugueteando, pero ignoré su humor.

-No, tan...-

-¿Inteligente?.-

-No. Uf, tan... Cómo mierda se dice...-

-¿Irresistible?.-

Achicó los ojos aguardando con una sonrisa que me obligó a bajar las armas.

-Tan insoportable. Eres insoportable.-

Caminé dejándola atrás y subí al ascensor sin girarme a ver si me seguía.

Una sonrisa estaba a punto de formarse en mis labios y no quería que ella la viera.

Presioné el botón de nuestro piso y aguardamos en silencio.

La habitación 2102 se veía al final del pasillo y ella me siguió en silencio absoluto, me hice a un lado y le permití tener acceso al aparatejo donde debía introducir la tarjeta.

Lo hizo, y las luces se encendieron en el momento exacto que las puertas se abrieron.

Aquello era una pésima idea, la peor.

Azul se acercó a la cama tamaño kingsize y arrojó su cartera, mientras comenzaba a quitarse los zapatos, dándome la espalda.

Comencé a sentirme nervioso y con la boca seca.

-¿Por qué has reservado una habitación doble?. ¿Y sin consultármelo?.-

El mal humor, los nervios y la tensión me hicieron sonar más duro de lo que hubiese querido.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora