(Gabriel)La mañana llegó y me presenté en el hospital, los médicos tenían listos los partes del día y no lucían demasiado alentadores.
Pidieron que llevara a Sabrina con sus médicos de cabecera lo más pronto posible y que no perdiera de vista los síntomas y avisos que su cuerpo pudiera dar.
Algo andaba mal, pero no fueron concluyentes con ningún resultado. Solo quedaba volver a "casa".
Tres meses habían pasado desde el día que recibí la carta que indicaba el cumplimiento de mi sentencia, junto a una pequeña bolsa con mis pertenencias y un apretón de manos del jefe del servicio penitenciario donde había estado recluido durante 3 casi años.
-Mantente alejado de los problemas que no quiero volver a verte.-
Dijo el hombre con una sonrisa en los labios.
Asentí y me giré en busca de mi libertad, muchas cosas pasaron por mi cabeza y una de ellas fue ella.
Como cada día.
La luz del sol me dio de lleno y me vi obligado a cerrar los ojos con fuerza, quedando por unos segundo casi ciego. Cuando volví a abrirlos, Sabrina se encontraba de pie frente a mi.
-Bienvenido al mundo difícil.-
-¿Quieres insinuar que eso ha sido fácil?.-
Pregunté sonriendo.
-Sin dudas, mucho más fácil que lo que te espera aquí.-
En aquel momento creí que ella exageraba, pero no había pasado mucho tiempo cuando entendí que tenía razón.
Yo no tenía a donde ir, mis padres me habían abandonado y jamás me habían visitado. Mi hermano se había comportado con demasiada distancia y el último año no me había ido a ver. Solo Valeria y Lucia habían asistido alguna vez.
Y por supuesto, Sabrina, quien se había convertido en casi una hermana para mí.
Ella me llevó a su casa, o mejor podríamos llamarle, lugar de paso, en el que se encontraba viviendo, era lo más parecido a un piso compartido por universitarios, pero con el detalle de que los habitantes no estudiaban y eran adictos a todos tipos de sustancias ilícitas.
No me resultaba difícil notar ese tipo de cosas luego de haber visto casi todo en los últimos años, y sinceramente no me gustó nada verla cerca de todas aquellas personas.
Ella sonreía apenada al deducir lo que pasaba por mi cabeza y no hice intento de disimular, aquello era una pocilga en la cual estaba en peligro.
-No podemos quedarnos aquí.-
-Gabriel, no tengo otro lugar donde estar. Además, he conseguido un trabajo aquí cerca.-
-Buscaremos algo mejor.-
-No tenemos dinero, mi primer sueldo lo recibiré recién en 10 días, mientras tanto debemos quedarnos.-
Vi su tristeza y me sentí mal.
La abracé con fuerza y ella se aferró a mi cuello con firmeza.
Los siguientes 15 días permanecimos allí, y tuve que morderme la lengua mil veces para no explotar con aquellos buenos para nada cuando volvían pasados de drogas y con ganas de pelear.
Resultaba por momentos más difícil que estar en la cárcel, porque allí al menos había códigos que se respetaban y había ganado cierta reputación que me mantenía lejos de los problemas.
El primer sueldo de Sabrina nos sacó de allí y junto con algunos trabajitos de modo informal que hice pudimos dar los primeros pasos para empezar una vida honrada.
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Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)
Lãng mạnLlegó el momento de conocer la historia de Gabriel. (Secuela de "Soñándote despierta") Azul irrumpirá en su vida convirtiéndose en un problema más, de los miles que ya tiene. Toda su realidad se encuentra de cabeza luego de un hecho poco claro y gra...