Capítulo 28

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(Gabriel)

La mañana llegó y me presenté en el hospital, los médicos tenían listos los partes del día y no lucían demasiado alentadores.

Pidieron que llevara a Sabrina con sus médicos de cabecera lo más pronto posible y que no perdiera de vista los síntomas y avisos que su cuerpo pudiera dar.

Algo andaba mal, pero no fueron concluyentes con ningún resultado. Solo quedaba volver a "casa".

Tres meses habían pasado desde el día que recibí la carta que indicaba el cumplimiento de mi sentencia, junto a una pequeña bolsa con mis pertenencias y un apretón de manos del jefe del servicio penitenciario donde había estado recluido durante 3 casi años.

-Mantente alejado de los problemas que no quiero volver a verte.-

Dijo el hombre con una sonrisa en los labios.

Asentí y me giré en busca de mi libertad, muchas cosas pasaron por mi cabeza y una de ellas fue ella.

Como cada día.

La luz del sol me dio de lleno y me vi obligado a cerrar los ojos con fuerza, quedando por unos segundo casi ciego. Cuando volví a abrirlos, Sabrina se encontraba de pie frente a mi.

-Bienvenido al mundo difícil.-

-¿Quieres insinuar que eso ha sido fácil?.-

Pregunté sonriendo.

-Sin dudas, mucho más fácil que lo que te espera aquí.-

En aquel momento creí que ella exageraba, pero no había pasado mucho tiempo cuando entendí que tenía razón.

Yo no tenía a donde ir, mis padres me habían abandonado y jamás me habían visitado. Mi hermano se había comportado con demasiada distancia y el último año no me había ido a ver. Solo Valeria y Lucia habían asistido alguna vez.

Y por supuesto, Sabrina, quien se había convertido en casi una hermana para mí.

Ella me llevó a su casa, o mejor podríamos llamarle, lugar de paso, en el que se encontraba viviendo, era lo más parecido a un piso compartido por universitarios, pero con el detalle de que los habitantes no estudiaban y eran adictos a todos tipos de sustancias ilícitas.

No me resultaba difícil notar ese tipo de cosas luego de haber visto casi todo en los últimos años, y sinceramente no me gustó nada verla cerca de todas aquellas personas.

Ella sonreía apenada al deducir lo que pasaba por mi cabeza y no hice intento de disimular, aquello era una pocilga en la cual estaba en peligro.

-No podemos quedarnos aquí.-

-Gabriel, no tengo otro lugar donde estar. Además, he conseguido un trabajo aquí cerca.-

-Buscaremos algo mejor.-

-No tenemos dinero, mi primer sueldo lo recibiré recién en 10 días, mientras tanto debemos quedarnos.-

Vi su tristeza y me sentí mal.

La abracé con fuerza y ella se aferró a mi cuello con firmeza.

Los siguientes 15 días permanecimos allí, y tuve que morderme la lengua mil veces para no explotar con aquellos buenos para nada cuando volvían pasados de drogas y con ganas de pelear.

Resultaba por momentos más difícil que estar en la cárcel, porque allí al menos había códigos que se respetaban y había ganado cierta reputación que me mantenía lejos de los problemas.

El primer sueldo de Sabrina nos sacó de allí y junto con algunos trabajitos de modo informal que hice pudimos dar los primeros pasos para empezar una vida honrada.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora