Capitulo 51

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La puerta se abrió de golpe y Bastian apareció.

-La enfermera me ha enviado a ver si estaban "comportándose". Soy su niñera.-

Lo fulminé con la mirada.

Azul se sentó en la silla y protestó.

-Le dije que no haría nada indebido.-

-Pero no te creyó.-

Ella revoleó los ojos y me reí.

-Oye, ¿sabes algo de Sabrina? Ya me preocupa que no se haya contactado.-

Los últimos días ella solo se había comunicado por mensajes y no había querido hacer videollamadas, decía sentirse débil por el tratamiento y decidí no molestarla, pero ya comenzaba a sentirme ansioso.

-No, eh, ella creo que está haciendo el tratamiento. ¿verdad?-

-Si, Bastian. Te conté sobre eso. ¿Te has podido comunicar o sigue sin responder?-

-Ehm, voy a intentar llamarla y ver si puede responder ahora. Salgo un momento.-

-Quédate, llámala desde aquí. Así la escuchamos cuando responde. Ponla en alta voz.-

Azul sonreía sin dejar de mirar a mi hermano y me sentí de más allí. Algo sucedía y yo no estaba al tanto.

Bastian salió de la habitación sin escucharnos.

-¿Qué sucede?.-

-Nada grave, ya te contara Sabrina.-

-¿Qué cosa?.-

-Yo tengo prohibido hablar al respecto, pero déjame decirte que vas a flipar.-

La emoción era evidente en sus ojos, estaba disfrutando de saber algo que yo no conocía. Y en mi cabeza comenzaron a formarse posibilidades que no tenían sentido.

-¿Cómo consiguió acceder al tratamiento, Azul?.-

Ya no me causaba gracia el papel de idiota que estaba haciendo.

-No puedo decírtelo. Pero lo importante aquí es que ella está haciendo ese tratamiento y los médicos son muy positivos al respecto.-

-¿Y tú cómo sabes eso? ¿Has hablado con los médicos?.-

-Ehm, no. Pero alguien me mantiene al tanto. Ella está bien, pronto la verás.-

-¿Quién?. ¿Quién te mantiene al tanto?.-

El misterio comenzaba a ponerme de mal humor.

-Deja de fruncir así el rostro, pareces un viejo gruñón, ven aquí, aprovechemos que ese pesado se fue y dame un beso de los buenos.-

Sus labios no esperaron mi respuesta y buscaron dejar el tema zanjado mediante la distracción.

Una parte de mi cerebro seguía molesto y otra se sentía satisfecho de estar distraído. La besé con ganas, con pasión y con necesidad y no tardó ni un segundo mi cuerpo en reaccionar, me removí intentando cubrir mi intimidad en caso de que alguien ingresara por sorpresa, aquella fina tela me dejaba en evidencia aún cuando estaba en reposo.

Ella abrió los ojos y vio mi estado justo cuando crucé una pierna sobre la otra.

-¿Cuánto tiempo más tienes que estar aquí?.-

Su respiración agitada y su voz casi suplicante.

-Creo que una semana.-

-No sé si pueda resistir tanto.-

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora