Capítulo 9

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Mi mal humor duró el resto del dia, podría haber estado entre las sábanas de María o mejor aún, en algún rincón escondido del instituto teniendo buen sexo, pero no...

Estaba en mi habitación mirando el techo.

Y todo gracias a esa pesada que parecía dispuesta a fastidiarlo todo.

Me puse de lado y ocupé mi tiempo metiéndome en las redes sociales que solían llenar los tiempos libres que tanto odiaba. Iba por el video estúpido número 30 cuando la realidad me absorbió de vuelta. Alguien había gritado, me senté en la cama y arrugué la expresión intentando adivinar si era real o producto de mi imaginación. Más gritos provinieron de la sala y, aunque no me levanté a corroborarlo, estaba casi seguro de que se trataba de la ex mujer del juguete de mi madre.

Llegué a entender frases como, "Ésta es mi casa y la convertiste en hotel." y un "¿Cuánto falta para que se te pase la calentura por esa cualquiera?''.

Ese último me hizo sonreír, era una duda que yo tenía desde que toda aquella locura había comenzado.

Conocía a mi madre y sabía perfectamente que su corazón no latía, había una pasa de uva muy arrugada en su lugar, así que no me creí ni por un segundo de que pudiera estar enamorada de aquel tipo.

Pero tenía suficiente con mi propia vida como para pensar en ella.

Hice el esfuerzo de intentar entender qué más decían, pero los gritos de la mujer se mezclaron con los de Carlos, y se hizo imposible captar algo.

Un fuerte golpe me hizo saltar de la cama de pronto, la puerta de mi habitación había chocado con toda violencia contra la pared al abrirse, Ulises me miraba furioso mientras con una mano mantenía la puerta abierta.

-Pero que demo...-

-¿Tú tienes aquí ropa mía?.-

Preguntó como si fuera un militar.

-¿De qué carajo hablas?.-

Los gritos seguían sonando como música de fondo y me sentí un poco incómodo.

-¿Pretendes robarme la ropa también?.-

-¿Eres idiota o comes por los ojos?.-

-Ahí.- Dijo señalando una pila de ropa limpia que estaba sobre una silla. Avanzó y comenzó a revisar las prendas con apuro.- Me falta ropa y la inútil de la que limpia me ha dicho que quizás la tienes tú.-

-Ey, amiguito, te estas pasando.-

-Aquí está.-

Dijo mientras dejaba caer toda mi ropa al suelo. Se giró para irse pero lo detuve, tomándolo por el brazo.

Por un momento me arrepentí de no dejarlo ir en medio de aquel escándalo, pero seguí adelante y puse más énfasis en detenerlo.

-Imagino que levantaras todo antes de irte.-

Se liberó de mi agarre con violencia.

-No voy a levantar ni mierda, imbécil.- Presionó su dedo índice en mi pecho y me enfrentó.- Y no te atrevas a volver a tocarme o te romperé la cara, ¿me oyes?.-

No respondí, pero las ganas de partirle la cara me invadieron.

De fondo se oían nombres y reproches sobre antiguas infidelidades.

Sus ojos estaban estallados de lágrimas que amenazaban con caer en cualquier momento.

-Deberias descargar ese odio con los que te hicieron daño, no conmigo. Pero si quieres pelear vuelve a tocarme de esa forma y no lo dejaré pasar.-

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora