Detective -George Shelley-

Capitulo largo 34 "Sorpresa, sorpresa"

Maratón 4/4

Al sentir una lengua lamiendo mi cara la cual causa que logrará despertar de mi sueño. Comencé a abrir mis ojos para seguido ver la claridad de la habitación, y también viendo al ahora
no tan pequeño Max.

-Hey Max... ¿Que pasa amigo?- salude y sentándome a la orilla de la cama por lo que logre sentír una punzada al contraer mi abdomen causando que soltara un gemido de dolor por lo que hice una mueca.
-¿Que fue lo te paso? Oh me saldrás con que "no fue nada."- mire en la dirección donde provenía su voz, esta se encontraba sentada con una pequeña manta y leyendo un libro en el sillón de la habitación, pronuncio sin quitar la mirada de aquellas hojas.

Iba a contestar pero note que Ian no se encontraba.
-¿Dónde está Ian?

-Abajo desayunando con las chicas. No cambies el tema, ¿quieres?- bufó y dejando el libro en su regazo ahora por "primera vez" desde que me fui ayer, conectando su mirada con la mía.

-Nena.- suspire y me levante para acercarme a ella. -Ya no importa porque estoy bien.

Se levantó para alejarse de mi.

-No me digas que no importa. ¡Maldición! Que no ves que estoy preocupada. ¡Te pudo haber pasado algo mas grave! ¡Y créeme que no voy a soportar si te pierdo!- soltó con sus hermosos ojos cristalinos apunto de derramar lagrimas, en ese instante logre sentir una punzada ahora en mi corazón, me dolía aun mas verla así que cualquier herida.

Suspire. -Perdóname nena. Perdón. Junto con los chicos fuimos a los barrios bajos para matar a Efron. Lo logramos- "Oh eso creemos" -pero llegaron después personas que trabajan para Zac y lo que paso fue que matamos, huimos y bueno cuando me estaba deshaciendo de los tipos al pasar por el barranco logrando que la camioneta de ellos se descontrolara callendo por este, yo salí del auto que traía para no irme por el barranco y al rodar me encaje un vidrio, pero estoy bien, tranquila y perdona por no decirles ni contestarles pero no queríamos meterlas en esto. Pues queríamos terminar con Zac y esta era mas nuestra guerra que la de ustedes por lo tanto solo fuimos nosotros.

La habitación se quedo en completo silencio, sin despegar el color avellana junto con el azul.

-Te amo Mia y no quiero que estén en peligro ni tu ni Ian por mi culpa. Los amo y... - no logre terminar al sentir sus labios sobre los míos, besándome e inmediatamente por mi parte contestando el beso.

-Tambien te amo y perdón por ponerme así contigo pero de verdad me tenias muy angustiada ayer.- hablo al separamos por escasos centímetros.

-También te amo princesa como no tienes idea.- susurre, coloque mis manos sus mejillas, por lo que ambos sonreímos. Le di un pico a su pequeña nariz y seguido bese sus labios. -Será mejor bajar a desayunar, muero de hablé.

-¿Tú, con hambre? Imposible...- dijo con sarcasmo notorio, reimos.

-Juntarse con Horan se pega.- me encojo de hombros.

-Vamos ya, antes de que me comas.

-Pues ahora que lo dices.... Se escucha tentadora la idea.- elevando una ceja y una sonrisa picara.

- ¡Pervertido!.

-Perdón... Pero la pervertida aquí, eres tu. Yo pensaba en comerte a besos... Y bueno saborarte.

-Claro, ahora yo soy la malpensada...- dijo con indignación por lo que solté una carcajada. -Mejor vamos.- camino hasta la puerta y yo camine tras de ella tomándola de la cintura y apoyando mi barbilla en su hombro.

-Yo se que también te tento la idea.- susurré en su oído.

-Vamos ya a desayunar.- giro su cabeza besar mis labios.