Detective -George Shelley-

Capitulo 26 "Quiero hacerte el amor" Parte 1

Happy Birthday a uno de mis bebés y de mis amores que han cambiado la vida. Mi bebé Liam (Daddy Direction) ya tiene 21 *se va a llorar al rincón* como pasa de verdad el tiempo...

Holiwis mis hermosas lectoras.
Primero que nada les quiero pedir disculpas por tener la novela un abandonada pero es que he tenido unos cuantos proble mas y no he estado muy bien, pero gracias a los monos y los 5 idiotas que amo tanto ya estoy mejor. Bien volveré a subir y si quieren maratón  voten por favor. También les quiero agradecer por los comentarios y votos que dan significan mucho para mi las amo.
Y por último pido perdon si el capitulo no les parece tan bueno pero no soy muy buena escribiendo esto y aparte de que es la primera vez que escribo subido de tono. En fin ya les dejo el capitulo.

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Me senté en la orilla de la cama dándole la espalda a Mia. No podía parar las estupidas lágrimas que caían por mis mejillas. Pude sentir unos brazos abrazarme por detrás y la respiración de Mia en mi cuello.

-Soy un moustro.- susurré con rabia y lágrimas cayendo de ira, odiaba ser quien soy, me odiaba a mi mismo por todo.

-No, no lo eres George.

Me separé de ella, levantándome de la cama y mirarla. -¡Lo soy! ¡Soy un maldito moustro! ¡Siempre pierdo a los que amo, yo solo lastimo a todo lo que me rodea, destruyó todo!- subí mi tono de voz, estaba furioso pero solo conmigo, no merecía vivir, no merecía nada.

-Eso no es cierto, tu no tuviste la culpa sobre el accidente de tus padres, ni lo de tu hijo, no tienes la culpa de eso.- se levantó de la cama y me abrazo, rodeando mi cuello con sus brazos y parándose de puntitas para apoyar su cabeza en mi hombro, envolví mis brazos a su cintura juntando mas nuestros cuerpos, temiendo a qué se fuera en cualquier minuto, temiendo a que me dejará.

-No me dejes, no me abandones tu también, por favor... Te lo suplico no me dejes.- rogué abrazándola mas fuerte. -Si los pierdo, no lo soportaría, ya no soportaría estar sin ustedes.- sollocé, Mia se hizo un poco para atrás comectando nuestras miradas, mientras acariciaba mis mejillas asi quitando cualquier rastro de lágrimas.

-Escúchame bien. Te amo y no te dejaré.- nuestras respiraciones se mezclaban, sonrió sobre mis labios. -Te dejaré hasta el día que te canses de mi.

Esta vez fui yo el que sonrió. -Entonces ese día jamás llegará, no hay manera de que me canse de ti.- junté nuestros labios en un suave, tierno y lento beso. -Eres una droga para mi y soy tan adicto a ti, a tus besos.- junté nuestros labios nuevamente para luego bajar hasta su cuello y pasar mi nariz por todo este. -tu aroma,- mordí y succioné dejando una marca. -tu sabor. Eres mi perdición...- seguía besando su cuello, deleitándome con su delicioso aroma de lavanda con rosas. Subí de nuevo a sus labios para comenzar a besarlos, deslicé mi lengua sobre su labio inferior pidiendo permiso para entrar a lo qué Mia acepto rápidamente. Mi lengua recorrió cada lugar de su boca hasta que nuestras lenguas se encontraban en una dulce danza.

Cada vez el beso fue tomando mayor intensidad y la pasión comenzó a crecer. Baje mis manos hasta sus muslos, levantándola asi enredando con sus piernas mi cintura. Mientras el beso aumentaba de tono, las caricias también, los dedos de Mia jugando con el cabello de mi nuca, mientras mis manos acariciaban los muslos desnudos, gracias al short de pijama que llevaba puesto Mia. A ciegas comenze a caminar de nuevo a la cama para depositar suavemente a Mia sobre el colchón, aun sin separar nuestros labios me coloque a horcadas sobre ella apoyado sobre mis brazos para no poner todo mi peso sobre ella. Separé nuestros labios para comenzar un camino de besos hasta su cuello, comenze a besar todo su cuello, morder y succionar. Escuche como Mia soltaba un pequeño gemido cuando succione debajo su oreja a lo que solo sonreí y seguí mordiendo aquella parte.