JACK RUSELL

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Jack es el tipo de esposo que cuando se transforma y se mete en problemas, Ted y tú, su maravillosa y además bruja esposa, deben ir a rescatarlo.
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El sol ya había salido, por lo que Jack había vuelto a su forma humana.

Es por eso mismo que iba corriendo por el bosque con solo una manta rasgada que encontró por ahí, probablemente de unos campistas que se les olvidó, huyendo de un grupo de cazadores de monstruos.

En un momento cuando pensó que ya los había perdido, se escondió detrás del tronco de un gran árbol, cuando escuchó pasos y disparos cerca de él.

Cuando volvió a voltearse hacia adelante, dio un pequeño salto al verte parada frente suyo.

–¡Dios santo!–Exclamó entre medio susurrando y gritando.–¡¿Cuantas veces te he dicho que no hagas eso?!

–¿Y cuantas veces te he dicho yo que me hagas caso y no te vayas a los bosques cuando sabes que te vas a transformar?–Le dijiste con una pequeña sonrisa, quitándote tu abrigo largo para entregárselo y que se lo pusiera, Ted caminando hacia ustedes por detrás tuyo.

–Lo sé, lo siento. Pero no podía dejar a ese pequeño solo con ellos.–Se disculpó mientras te entregaba la manta y se ponía tu abrigo que le quedaba algo corte de las magas y se amarraba la cinta en la cintura para cerrarlo.

Tu soltaste una pequeña risa rodando los ojos.

Ted le entregó una pequeña bolsa con un sándwich dentro, el cual Jack sacó y comenzó a comer. Cuando los siete cazadores llegaron a donde ustedes estaban.

–Vaya, vaya... parece que el cachorro no está solo.–Rió el que parecía ser el líder del grupo.

Ted soltó un gruñido molesto y tu expresión cambió a una enojada mientras Jack veía entre ustedes y los cazadores.

–Pues claro que no está solo, tarado. El "cachorro" tiene esposa. Y la esposa tiene poca paciencia.–Le dijiste viéndolo seriamente.

–¿Y qué nos vas a hacer? ¿Uh? ¿Nos vas a enviar a cortar el césped mientras tu nos preparas la cena?–Preguntó otro haciendo que todos rieran.

Tu expresión cambió a una más molesta, la cual siempre les dabas a Jack y Ted cuando se metían en problemas y las cosas iban a acabar mal.

Tus ojos se volvieron de un color morado, a la vez que elevabas tu mano con un aura del mismo color, haciendo que todos soltaran sus armas y comenzabas a luchar contra ellos mientras te acercabas.

Ted corrió hacia ellos y también empezó a pelear, mientras Jack observaba desde lejos con el abrigo puesto y comiendo su bocadillo.

Una vez terminaron, te acercaste nuevamente a Jack con Ted detrás tuyo.

–Ahora si, ¿nos vamos?–Le preguntaste ya más calmada y con una pequeña sonrisa, a pesar de que acababas de deshacerte de siete hombres con la ayuda de tu amigo.

–Ustedes son los mejores.–Les dijo con una sonrisa, dejando un beso en tu mejilla para después los tres comenzar a caminar en dirección a donde quedaba su casa escondida en el bosque.

Avengers OneShots IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora