Un mal día se soluciona con comida (Shang-Chi)

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Prólogo: Shang prepara tu comida favorita al notar que no tuviste un buen día en el trabajo.

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Shang te conocía muy bien, te conocía incluso mejor de lo que te conocías a ti misma.

Es por eso mismo que con un simple mensaje que podía parecer normal para cualquier persona, Shang pudo deducir que estabas mal y que habías tenido un mal día en el trabajo.

Así que ni bien se dio cuenta, fue a la cocina del diminuto departamento de una estancia que compartían y se dispuso a preparar tu comida favorita para sorprenderte cuando llegaras y así mejorar tu desastroso día.

(.....)

Casi una hora más tarde, sintió las llaves en la puerta para después abrirse y cerrarse.

Al voltearse, te vio quitándote los zapatos y la chaqueta, con tu bolsa ya colgada en el perchero.

–¡Que bueno que llegas! Te estaba esperando.–Te dijo con una sonrisa acercándose a ti para abrazarte y dejar un beso en tu cabeza.

Tu te abrazaste a su pecho cubierto por su playera y el delantal, y escondiste tu rostro en su cuello cerrando los ojos para relajarte un poco.

–¿Mal día?–Te preguntó pasando su mano por tú cabello enredado.

–Mhm... perdí el autobús por el maldito papeleo...–Murmuraste sin querer soltarlo.

–Lo supuse...–Rió ligeramente.–Ve y date un ducha en lo que yo termino de preparar la cena.–Te dijo tomando tú rostro en ambas manos, dejando un beso en tus labios para que luego te alejaras y fueras a la habitación que estaba justo al lado de la cocina sin división alguna.

Buscaste la playera de Shang que era tu favorita y tu ropa interior, para luego meterte al baño mientras Shang terminaba de cocinar.

Llevó sus platos a la mesita de café frente al sillón junto con un par de cervezas y acomodó unos cojines y mantas para que fuera más cómodo.

Una vez saliste del baño, te acercaste a la sala de estar donde Shang estaba sentado en el suelo sobre un cojín buscando tu película favorita en Netflix.

–Si sabes que no tenías que hacer todo esto, ¿verdad? Pudimos haber ordenado una pizza y ya.–Le dijiste con una sonrisa cansada, sentándote a su lado para tomar un sorbo de tu cerveza.

–Lo sé pero quería sorprenderte.–Te dijo con una sonrisa poniendo tu película y dejando el control remoto a un lado, para luego voltearse hacia ti con una gran sonrisa, pasando un mechón de tu cabello tras tu oreja.–¿Quieres hablar de hoy?

–No es nada tan sorprendente la verdad. Solo mi jefe que hoy parecía no querer que nadie fuera feliz, me dio su propio trabajo atrasado y me dijo que no podía irme hasta que lo terminara, durante el día mi mamá me llamó para recordarme lo fracasada que soy por vivir aquí contigo en un lugar tan pequeño y no seguir de novia con tu ya sabes quien...

Al mencionar a tu ex novio, Shang rodó los ojos con molestia mientras bebía de su cerveza, recordando como aquel infeliz (que por cierto tenía dinero y por eso tu mamá creía que era mejor opción) te engañó mientras Shang y tu aún eran solo amigos. Aunque le causaba gracia recordar el listado de improperios y cosas que Katy le dijo al enterarse de lo que te hizo. Si Shang no la sujetaba, probablemente le habría golpeado también.

–...y luego seguí trabajando y por la tarde perdí el autobús.–Le dijiste llevando un bocado de tu comida a tu boca.–Te quedó delicioso como siempre.

–Lamento que hayas tenido que pasar por todo eso.–Te dijo pasando su mano por tu espalda con suavidad.

–Está bien, un mal día lo tiene cualquiera. Al menos ahora puedo estar tranquila aquí contigo.–Le dijiste con una sonrisa, acercándote para besar sus labios.

Shang te devolvió el beso y llevó su mano a tu mejilla para acariciarla, cuando tocaron la puerta y él soltó un suspiro molesto, levantándose para ir hacia la puerta mientras tú reías ligeramente.

–¡YA LLEGÓ SU AMIGA FAVORTIA!–Exclamó Katy una vez Shang abrió, y entró en el departamento para sentarse junto a ti dándote una abrazo.–Mi querida amiga, traje cervezas y alcohol para olvidar tu desastroso día.

–¿Y tú cómo sabes de—. Le iba preguntando sentándose junto a Katy que quedó en medio de los dos.

–Estuvimos hablando un poco hoy.–Le dijiste con una sonrisa a modo de disculpa.

–Cómo sea, ¿lye Shang qué acaso a ti no te enseñaron modales? ¡Yo también tengo hambre!–Le regañó ella mientras él rodaba los ojos e iba a la cocina, y ustedes dos se quedaban sentadas riendo en el suelo.

Avengers OneShots IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora