Nueva experiencia (Scott Lang)***

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Prólogo: Pruebas algo distinto y nuevo con Scott en la cama.

CURY_YURI

Advertencia: Oral smut (mujer resiviendo), esposas, un poco de choking kink (ahorcar), masturbación, smut sin protección (siempre deben usar protección gente), uso de antifaz para cubrir los ojos, juego con hielo, cum eating (?), negación de orgasmo, sobreestimulación, Scott sumiso, lectora dominante. Y creo que eso es todo.
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Scott estaba amarrado a la cama. Tenía las manos esposadas a la cabecera para impedir que las moviera, y tenía un antifaz para dormir en los ojos lo cual le impedía ver lo que estabas haciendo.

–¿S-sigues ahí, linda?–Preguntó temeroso.

Hacía un par de minutos que había dejado de escucharte en la habitación, y eso lo tenía muy tenso.

–Aquí estoy, no te preocupes.–Le aseguraste con una sonrisa maliciosa, jugando con el hielo en tu mano.–¿Estás listo?

–Sí...

–¿Estás seguro de que aún quieres hacer esto?–Insististe solo para confirmar de que estuviera realmente cómodo con ésta nueva experiencia.

–Así es, querida. Estoy seguro.–Te respondió sabiendo que necesitabas escuchar esas palabras para comenzar.

–Bien...– Una pequeña y traviesa sonrisa se formó en tu rostro, a la vez que te acercabas a él en la cama y pasabas el hielo primero por su abdomen.

El repentino contacto con el pequeño cubo frío le hizo dar un pequeño salto, y soltar un gemido involuntario.

Pasaste el hielo por la zona, para luego moverlo lentamente hacia abajo hacia sus testículos, haciéndole soltar pequeños gemidos.

Luego lo pasaste a lo largo de su ya gran erección, y luego lo subiste nuevamente por su cuerpo a sus pezones para erectarlos también.

Así te lo llevaste hasta que el hielo se derritió por completo en su abdomen. Donde luego pasaste la lengua para recolectar el agua, haciéndole gemir y tirar de las esposas.

Dejaste un par de besos en su cuello, y te volviste a alejar.

La incertidumbre de no saber qué ibas a hacer después, o el cuándo, lo tenía tenso y nervioso, pero le estaba gustando.

Mordiste con ligereza uno de sus pezones, para luego darle especial atención, haciéndole gemir ante la nueva sensación tan extraña.

Tomaste su erección en tu mano y la masajeaste por unos minutos, mientras Scott no podía parar de gemir.

–L-linda ya voy a—

–No. No te vas a correr aún.–Le dijiste con una pequeña sonrisa maliciosa, llevando tu mano hacia la punta y poniendo tu dedo pulgar en ella, a la vez que le apretabas con ligereza.–Sí haces lo que te pido, tal vez de te deje.–

Te apartaste de él para desvestirte, haciendo que soltara un pequeño quejido.

Una vez ya desnuda, te acercaste a él y te acomodaste para sentarte en su rostro, jalando con ligereza de su cabello.

–Quiero que me comas, y luego yo te daré lo que tanto deseas.–Una vez terminaste de hablar, te acomodaste mientras que Scott lamía y te daba la atención que necesitabas en los puntos exactos.

No pasó mucho tiempo hasta que comenzaste a gemir, apoyando tu mano libre en la pared de la cabecera de la cama,mientras la otra jalaba el cabello de Scott.

–Querida...–Gimió en tu parte baja enviando las vibraciones de su voz a todo tu cuerpo.

–Sigue así, Scott...–Gemiste guiándolo a donde lo querías.

Su lengua trabajaba de una forma maravillosa en ti, hasta que consiguió que te corrieras en su rostro.

Siguió sobreestimulándote a través de tu orgasmo, sin importarle que se hubiera quedado sin aire hacía ya unos buenos minutos.

Ya había tragado todo y aún así seguía satisfaciéndote, hasta el punto en que tu segundo orgasmo ya se aproximaba.

Tuviste que levantarte por ti misma y acomodarte en su regazo, tomando su erección y guiándolo en tu entrada, bajándote poco a poco hasta que sus pieles ya estaban juntas.

–Linda por favor... quiero verte...–Te pidió moviendo sus caderas para crear fricción entre ambos.

Quitaste el antifaz y lo lanzaste a cualquier otra parte, para luego besarlo a la vez que lamías de su boca tus propios fluidos, mientras que comenzabas a mover tus caderas de forma circular.

Pusiste ambas manos en su pecho y te alejaste para sentarte bien. Te levantaste ligeramente y luego embestiste hacia abajo, ambos gimiendo al mismo tiempo.

Comenzaste a saltar embistiendo y enterrando tus uñas en su pecho, mientras él gemía y te observaba maravillado.

–¿Te está gustando?–Le preguntaste entre fuertes respiraciones, llevando tu mano a su cuello para apretar con ligereza, ejerciendo un poco de fuerza.

–Me encanta...–Gimió mientras aumentabas la velocidad.–No te detengas por favor...

Ambos ya estaban previamente al borde de sus orgasmos, y sin aviso, los dos se corrieron casi al mismo tiempo, sus fluidos chorreando mezclados.

No te detuviste de inmediato, pero después de ya sus orgamos hubiesen pasado, te detuviste y colapsaste encima de él.

Ambos respiraban agitados, pero con grandes sonrisas en sus rostros.

–¿Cómo te encuentras?–Le preguntaste tomando la llave de la mesita de noche para liberar sus manos, sin moverte de donde estabas.

–Yo de maravilla... ¿qué hay de ti?–Te preguntó de vuelta con una sonrisa, dejando las cosas de vuelta en la mesita junto a la cama y abrazándote, sin salir de dentro de ti.

–Eso fue increíble...–Reíste ligeramente abrazándolo.

–Deberíamos repetirlo algún día...–Dejó un beso en tu cabeza a la vez que acariciaba tu espalda.

–Ten por seguro que lo vamos a hacer.–Dejaste un beso en su cuello, para después cerrar los ojos.

Avengers OneShots IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora