Avengers OneShots II

"Glory box" (Loki Laufeyson)

Prólogo: Al llegar a casa después de varios días en Asgard, Loki descubre una nueva habilidad tuya.

Alexaaajcs
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Loki estaba emocionado.

Había estado una semana entera en Asgard escuchando las estupideces que hablaba su padre, soportando a Thor y sus locas ideas, y lo único que le traía tranquilad era estar con su madre. Sin embargo te había extrañado desde el primer momento en que se había ido.

Así que iba caminando emocionado por el pasillo del edificio donde vivías con un ramo de rosas y tulipanes dorados que te encantaban de Asgard, junto con una caja llena de golosinas y tus chocolates favoritos de Midgard.

Cuando llegó a la puerta, pudo escuchar la música sonando alto desde dentro del departamento, haciéndole sonreír algo extrañado. Específicamente la canción que sonaba era "Glory box".

Loki conocía tus gustos musicales y también se sabía la mayoría de tus canciones ya que siempre las ponías alto, sin embargo ésta no la conocía. Aunque parecía ser algo... provocadora.

Sin querer hacer ruido, se teletransportó dentro de la casa a la puerta de entrada que estaba junto a la cocina, y caminó para asomarse por la pared que dividía las habitaciones.

Y ahí estabas, cantando y bailando de una forma provocativa y sensual alrededor de la cocina con una paño en tus manos.

Estabas de espaldas hacia él, por lo que Loki podía tener una vista clara de cómo movías tus caderas y pasabas tus manos por tu cuerpo lentamente  cantando a todo pulmón con tu maravillosa voz aquella canción que no conocía, pero que sin embargo estaba teniendo un efecto en él.

Loki sonrió de forma maliciosa y dejó las cosas en la isla de la cocina, y se acercó a ti despacio sin hacer ruido, para posar sus manos en tus caderas por detrás, haciéndote dar un gran salto y alejándote de él, volteándote en su dirección dando un gran grito y llevando tu mano a tu boca.

–¡LOKI!–Exclamaste al verlo, apagando la música y llevando una mano a tu corazón, mientras la otra estaba afirmándote en el mesón de la cocina.–¡DIOS SANTO! ¡CASI ME ME MATAS DEL SUSTO!

–Lo siento, reina mía. Pero te veías muy hermosa bailando que no quería interrumpir... no conocía ese lado de ti, y ciertamente no había escuchado esa canción antes.–Te dijo con una sonrisa maliciosa, acercándose lentamente hacia ti.

–¿A-ah si?–Dijiste nerviosa apoyando ambas manos detrás de ti en el mesón, alejándote lentamente de él pero Loki se te iba acercando a medida que te ibas haciendo hacia atrás.–S-si, bueno... e-es... es una canción que me gusta mucho pero nunca te la había mostrado...

–Lo puedo notar... tampoco sabía que podías bailar así...–Te dijo sin dejar de verte como si fueras su presa y él un depredador hambriento, siguiéndote alrededor de la cocina.–¿Y por qué es que nunca te había visto moverte así?

–O-oh... b-bueno es que no me... no me considero una muy buena bailarina, la verdad...–Dijiste nerviosa, cuando Loki se teletransportó detrás de ti y puso sus manos en tus brazos, haciéndote dar un salto, pero Loki se quedó en sus misma posición.

–Tal vez podrías enseñarme esos pasos en privado, ¿no crees?–Te susurró al oído, deslizando sus manos hasta tus caderas para pegarte hacia él, moviéndolas lentamente.

–O-o tal vez no... e-es que enserio Loki, no soy buena bailando y—. Dijiste volteándote hacia él avergonzada, pero Loki puso su dedo sobre tus labios para hacerte callar.

–¿Por qué no me dejas a mi decidir eso? ¿Por qué no vamos a nuestra habitación... y me muestras esos pasos de baile? Al fin y al cabo... no nos hemos visto en bastantes días. ¿Qué dices, mi reina? Si lo haces...–Dijo con una sonrisa maliciosa acercándose a tu oído.–...tal vez podría darte una buena recompensa, de esas que tanto te gustan y que no te dejan levantarte de la cama al día siguiente.

–Y-yo...–Balbuceaste sintiendo como tu cerebro había dejado de funcionar.

Loki se apartó de ti para verte a los ojos con un toque de malicia en ellos, y lo único que pudiste reaccionar a hacer, fue tomarle de la corbata del traje que estaba usando para estrellar tus labios con los suyos.

El dios te tomó en sus brazos enrollando tus piernas en su cintura, y caminó por el pasillo hacia su habitación donde se encerraron por el resto del día y toda la noche.