Segunda oportunidad (Natasha Romanoff)

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Prólogo: Nat no cree que sea bueno quedarse contigo porque piensa que saldrás lastimada por su culpa.

olimpia1020
Advertencia: Embarazo, abandono, angustia, final feliz (?).
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Nat era feliz a tu lado. Jamás se había sentido tan completa en toda su vida, y cuando tomaron la decisión de intentar que quedaras embarazada mediante inseminación, estaba emocionada por ello. Pero una vez recibieron el resultado que salió positivo, el miedo empezó a consumirla.

¿Qué tal si sus enemigos te lastimaban a ti y a su bebé por su culpa? ¿Qué pasa si algo les ocurría y era por su culpa? ¿Su bebé sería feliz sabiendo que su otra mamá tenía un pasado oscuro y tormentoso como el que Nat tenía?

Estas preguntas plagaban la mente de Nat, así que una noche mientras dormías, tomó la decisión de dejarte. Abandonar la casa en la que vivían en un barrio tranquilo, para volver a la Torre y estar lejos de ti para protegerte a ti y a su bebé.

Tal vez así sería mejor. Estarían a salvo de ella y de su pasado.

Cuando despertaste por la mañana y no la viste, creíste que simplemente habría salido a hacer las compras. La llamaste y no contestó. Los mensajes tampoco los resivió.

Así empezaron a pasar las horas... los días... las semanas... los meses... hasta que ya habían pasado casi cinco años. Y nunca supiste nada de ella.

Antes de que tú hijo Alexander naciera, decidiste irte de ese lugar y comprar una casa en el campo para vivir tranquila junto a él. Para ese punto, ya habías aceptado el hecho de que Nat te había dejado y que no volvería.

Te dolía en el alma, pero debías salir adelante por tu hijo. No podías quedarte pegada en el pasado cuando ahora tenías a tu cargo la vida de un niño.

Clint jamás había dejado de visitarte, de hecho, fue él quien te ayudó a conseguir esa casa. Sabía lo difícil que era para ti que Nat se haya ido, e incluso él mismo intentó hacerle entrar en razón, pero la rusa simplemente se negaba a volver. Por lo que Clint, a espaldas de su mejor amiga, siguió yendo a verte y visitarte para asegurarse de que estuvieras bien. Laura también iba con sus hijos ya que Alex y Nathan se habían vuelto muy buenos amigos.

No había día en que Natasha no pensara en ti y en la decisión que había tomado, pero se negaba completamente a volver. Aunque había una parte en ella que dudaba de sí había realmente tomado la decisión correcta.

Cuando se enteró de que Clint sabía de tu paradero, algo le hizo clic, y en lugar de molestarse, prácticamente le suplicó porque le dijera donde estabas. Necesitaba verte. Necesitaba saber cómo estabas. Necesitaba conocer a su hijo. Así que Clint le dijo.

Mientras conducía hacia el campo que Clint le había dicho, podía sentir como si su corazón se le fuera a salir del pecho, y aquellas mariposas en el estómago como las que sentía cuando recién habían comenzado a salir e iban a citas. Aunque sabía que no estarías para nada contenta de verla.

Después de conducir por casi cinco infinitas horas, llegó a una casa en medio de un campo.

Había un niño de no más de cuatro años jugando fuera sentado en el césped con unos autos y unas muñecas.

Los ojos se le llenaron de lágrimas al verlo. Sabía perfectamente que ese era su hijo, era igual a ti. Y tenía la misma edad que ella había calculado mentalmente.

El niño levantó la vista y la vio en el auto, así que se levantó lo más rápido que pudo y corrió dentro de la casa mientras Nat bajaba del auto.

–¡Mami! ¡Mami! ¡Hay un auto fuera!–Te dijo una vez llegó a la cocina donde estabas preparando la comida.–Es una mujer de cabello rojo muy bonito.–

Avengers OneShots IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora