Avengers OneShots II

¡No quiero! (Loki x hija)

Prólogo: Es tu primer día de clases, y Loki no consigue levantarte de la cama (tienes 5 años).

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–¡No quiero!–Dijiste molesta, cubriéndote con tus mantas nuevamente en tu gran cama.

–Mi princesa sanguijuela, ya levántate que debes ir a la escuela.–Loki soltó un suspiro, tratando de ocultar la sonrisa que se estaba formando en su rostro, tirando de las sábanas de tu cama.

Era el primer día de clases en Asgard, y Thor le había sugerido que tal vez sería bueno que también asistieras a las clases en el Reino en lugar del castillo para que así hicieras amigos. Y Loki no quería hacerle caso a su hermano, pero cuando su madre le dijo que era una muy buena idea, terminó aceptando.

La cosa era ahora hacer que te levantaras de la cama.

Nunca te había gustado levantarte tan temprano, y ahora que debías ir a clases, era necesario.

Dos doncellas fueron a despertarte, pero las convertiste a ambas en ranas, por lo cual Loki tuvo que ir a tu habitación y devolverlas a su forma normal de paso, aunque dejándoles un extraño y muy curioso gusto por las moscas.

–¡Tú eres una sanguilueja!–Te enrollaste aún más en las sábanas, mientras él intentaba sacarte de ahí.

–Vas a llegar tarde, T/N. Debes levantarte porque soy tu padre y yo lo digo.

–¡No quiero!

–¿Qué está pasando aquí...?–Dijo Frigga con una sonrisa, entrando por la puerta para caminar y sentarse en la cama junto a ti.

–La mocosa no quiere levantarse.–Se quejó Loki, cruzándose de brazos, a la vez que Frigga ponía su mano donde estaba tu cabeza.

–¡Yo no soy una mocosa, patético dios!–Te quitaste la manta de la cabeza para verle y sacarle la lengua.

–¡¿A quien le dices patético, pequeña sabandija?!–Loki se llevó una mano al pecho fingiendo ofenderse, aguantando la risa que le provocaba pelear así contigo.

–¡A ti sanguijuela asgardiana!–Le sacaste la lengua, a lo que él respondió de la misma forma.

–Okey... ya basta ustedes dos. Tu papá tiene razón, T/N. Es hora de que te levantes para ir a la escuela.–Frigga pasaba su mano por tú cabello oscuro y rizado, mientras estabas sentada en la cama observando a Loki con el ceño fruncido y brazos cruzados.

–Te lo dije.–Loki te dio una sonrisa arrogante y triunfadora, a lo que tu respondiste sacándole la lengua.

–No quiero ir. Me quiero quedar aquí.–Te dejaste caer hacia atrás en la cama.

–Tengo una idea.–Frigga se recostó junto a ti, en su lado mirando en tu dirección y apoyando su cabeza en su mano, su codo en la cama.–Sí hoy vas a la escuela y no haces ninguna travesura, tu papá te va a cocinar ese postre que tanto te gusta.

–¡¿Y por qué yo?! Un dios no cocina.–Loki se sentó a tu lado, tomándote en sus brazos y dejando uno en tus espalda, y el otro bajo tus rodillas.

–¿Por favor, papá? Solo por ésta vez...–Le quedaste viendo con esa mirada a la que Loki no se podía resistir, mientras Frigga observaba con una sonrisa.–Te prometo que me voy a portar bien y te voy a obedecer.–

Loki rodó los ojos, ocultando la sonrisa que se estaba abriendo paso en su rostro.

–Bien... pero sólo por ésta vez.

–¡Siii!–Gritaste emocionada mientras le abrazabas, para después bajarte de la cama y salir corriendo a buscar tus ropas y entrar en el baño de la gran habitación.

Loki solo te observaba con una sonrisa, al igual que Frigga.

–Eres un excelente padre.–Le dijo con voz suave, acercándose a él para sentarse a su lado y tomar su mano.

–¿De verdad lo crees?–Loki le quedó viendo con asombro y un brillo en los ojos.

–Sí... créeme que cuando ella sea grande, van a ser los momento así que va a recordar. Y te lo va a agradecer un montón. Te va a agradecer que siempre estuviste ahí para ella.

–Gracias, madre... jamás habría podido hacer esto sin ti.–Le dijo con una sonrisa, a lo cual Frigga respondió con el mismo gesto, y se acercó para abrazarlo y dejar un beso en su cabeza.