Mi Capitán (Steve Rogers)

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AshlyVelazquez8
Esto sería como una segunda parte del capítulo anterior que subí de Steve. Espero disfruten 😁
(Les recuerdo que las peticiones están abiertas, ya sean para oneshots, o la serie de frases, y en general lo que sea).
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La forma en la que Steve se había comportado aquella mañana en el gimnasio te pareció extraña. Aunque en general el Capitán actuaba extraño en presencia tuya.

Durante el día tuviste bastantes cosas que hacer, así que no pudiste realmente tomarte ni cinco minutos para poder ir y hablar con él.

En medio de la noche te dio hambre, así que fuiste hasta la cocina principal de la Torre donde generalmente todos iban, y te encontraste con Steve.

La luz estaba apagada, y Steve estaba apoyado en la encimera tras él con una taza en las manos, simplemente viendo hacia abajo.

Parecía no haberse dado cuenta de tu presencia, así que antes de acercarte más, le saludaste.

–Hola, Steve.

–¡T/N!–Al escucharte dio un pequeño salto y se alejó un poco de la encimera, sorprendido y a la vez avergonzado de que le vieras ahí.

No tenía puesta playera, y solo andaba con sus shorts de pijama. Hacía calor así que simplemente durmió así.

–Lamento asustarte, no era mi intención. Solo venía a prepararme algo para comer.–Le dijiste con una sonrisa, pasando por su lado para buscar la caja de los cereales en los gabinetes y la leche en el frigorífico, no sin antes haber dado una pequeña y rápida mirada a su pecho descubierto.

–Tranquila... t-todo está bien, no me asustaste.–Steve no sabía qué hacer. Miraba hacia todos lados, buscando alguna playera para ponerse.

No sabía si quedarse ahí, o irse. Si se iba, podía parecer que tu presencia le incomodaba. Y hacerte sentir mal era lo último que quería.

Una vez terminaste de preparar tu pequeño antojo, te sentaste en la encimera frente a él, y Steve volvió a su posición inicial antes de que llegaras a la cocina.

Permanecieron en un silencio sorprendentemente cómodo. De hecho, era bastante agradable.

–¿Te encuentras mejor?–Le preguntaste de pronto, levantando la mirada de tu plato.

–¿D-disculpa?

–Bueno... hoy por la mañana en el gimnasio parecías estar algo acomplejado. Sobre todo porque te fuiste rápido.

–Oh... eso... no... no era nada. No fue nada realmente. Ya sabes, solo... solo los demás que siempre hacen bromas que soy viejo y así...–Rió ligeramente  tomando un sorbo de su té.

–¿Estás seguro que fue sólo eso?–Le preguntaste con una pequeña sonrisa.

–C-claro... s-si, fue... fue sólo eso.–Se apresuró en responder, sin dejar de verte.

La luz que emitía la luna desde fuera de la ventana te hacía ver hermosa. Siempre lo eras, por eso mismo Steve disfrutaba dibujarte. Pero en ese preciso momento, tus ojos brillaban y te veías perfecta.

–¿P-por qué lo preguntas?

–Nada... es solo que cuando llegué, pareciera que me estuvieras evitando, es todo.–Te bajaste del mesón para dirigirte a lavar tu plato.

–¿Evitarte? ¿Por qué haría eso?–Te preguntó cómo si fuera la cosa más absurda de la historia.

–A veces pareciera que sí lo hicieras.–Te diste vuelta y te apoyaste detrás en el mesón, cruzándote de brazos y ofreciéndole una pequeña y casi triste sonrisa.

Steve soltó un pequeño suspiro al ver que te había lastimado.

Dejó la tasa sobre la encimera y se acercó a ti para tomar tus manos en las suyas.

–T/N... yo jamás te evitaría. ¿Con qué razón? Si cada vez que te veo, haces mi día diez veces mejor. Cada vez que entras en una habitación, la iluminas por completo. E-es solo que yo... b-bueno...–Rió nervioso, viendo hacia sus pies para después levantar la cabeza y posar su mano derecha en tu mejilla.–Es solo que tú me haces sentir nervioso. Me haces sentir cosas que nunca creí poder volver a sentir nunca más.

Cuando estoy contigo, o diriges tu atención hacia mi o cualquier cosa que hagas, me hace sentir éstas... cosquillas en el estómago. Jamás había experimentado una cosa así con nadie.–Acarició tu mejilla, viéndote con una sonrisa y sin quitar la mirada de tus ojos.

–¿Entonces sí era de mi de quien estaban hablando en la mañana?–Le preguntaste copiando su gran sonrisa, sintiendo las mismas cosquillas en el estómago al tenerlo tan cerca.

–S-si... estaban molestándome que nunca tendría el valor para pedirte una cita... y que soy muy mayor para ti.–Agachó la cabeza y dio un paso hacia atrás, quitando sus manos de ti.

–Yo no veo cual sea el problema con la edad. Para serte sincera...–Te acercaste a él y te paraste en la punta de tus pies para susurrarle al oído.–...siempre me han gustado los mayores.–

Te alejaste nuevamente y le guiñaste el ojo, haciendo que se sonrojara y riera a la vez.

–¿Entonces sí irías conmigo a una cita?

–Me encantaría, Capitán. ¿Mañana a las siete para cenar? Podemos juntarnos en el vestíbulo.–Comenzaste a caminar hacia atrás en el pasillo.

–Me parece una idea brillante.–Respondió con una sonrisa.

–Genial. Buenas noches, mi Capitán. Hasta mañana.–Hiciste un saludo con tu mano y a la vez guiñándole el ojo, para luego darte la vuelta y caminar por el pasillo a tu habitación.

Una vez Steve estuvo solo, hizo un pequeño gesto de celebración con su puño. Para después tomar la taza y lavarla.

Avengers OneShots IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora