Capítulo 8

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¿Era posible sentir una conexión tan fuerte con alguien que recién conocía? Apenas fueron unas semanas, pero Eddie se había ganado su entera confianza. Cada momento a su lado era especial, lo hacía sentir tan bien, como si jamás pudiera volver a ser herido.

Le permitía ser vulnerable a su lado, pero lejos de sentirse expuesto, le brindaba seguridad, como en los momentos en los que se duchaban juntos, donde olvidaban la vergüenza de encontrarse desnudos uno frente al otro dándose mimos y caricias sin intenciones sexuales mientras se ayudaban a limpiar sus cuerpos.

Sabía que no todo era color de rosa, pero era capaz de manejarlo. Estaba consciente de que había temas de los cuales Eddie y él no hablaban aún, en un intento de no exceder los límites ajenos, sin embargo, no le molestaba, después de todo, tenía presente que Eddie también estaba roto.

Ninguno tenía una idea clara de hacia dónde ir, así que decidieron perderse juntos.

-Comienzo a creer que fue una mala idea todo esto - dijo Steve cuando se encontraban en la habitación del rizado buscando ropa cómoda para dormir.

Eddie dejó lo que hacía para mirarlo atentamente, preocupado por su respuesta, y entonces fue consciente de que podía prestarse a una mala interpretación.

- Oh no, no me refería a eso - se interrumpió de inmediato para abrazar al mayor - Me gustó, de hecho, me gustó mucho, sólo que ahora tengo sueño y también un poco de hambre.

-¿Sigues con hambre? - bromeó - No sé qué restaurante por aquí atiende a las dos de la mañana, bebé - añadió pensativo - Si quieres puedo buscar algo y...

-Eres tan tierno, como un abuelito - comentó Steve riendo para besarlo tiernamente en los labios - Pediré algo por aplicativo, ¿todavía tienes café? Necesitaré un poco para permanecer despierto, aunque el tuyo no es muy efectivo.

-Un momento. Steve Harrington, puedo permitir que te burles de mi falta de conocimientos sobre tecnología, pero ¿atacar a mi café instantáneo de cinco dólares? Imperdonable.

-Es terrible, incluso creo que al beberlo da más sueño. Cumple con el efecto contrario que el que debería.

-Bueno, no estoy de acuerdo, en realidad sí cumple con la función que tiene: es descafeinado - confesó mostrándole la etiqueta del envase, la cual había sido modificada - Por eso no sientes ningún efecto.

-¿Me estás diciendo que todo este tiempo he tomado esta mierda por nada? - se quejó y golpeó sin fuerza su pecho - ¡Me engañaste!

-¿Engañarte? No cariño, te estoy cuidando. La cafeína incrementa los niveles de ansiedad ¿Acaso no te has dado cuenta de que tus crisis han disminuido desde que tomas ese café? - contestó besando su frente, obtuvo un "tonto" como respuesta - Más bien, ¿Me ayudas a guardar el secreto? Abby no sabe aún que también le cambio las etiquetas a su café.

-No diré ni una sola palabra.

-Y tampoco le digas nada a Billy... Él no tiene ningún problema, pero cree que el café le da mucha más energía que el que compra en casa, es muy divertido, en serio.

-Sí, muy gracioso, pero mi silencio tiene un precio - dijo uniendo sus labios a los del rizado, se vieron obligados a separarse cuando el teléfono de Steve sonó - La comida está en camino, hay que vestirnos.

-Bien, buscaré mi billetera - anunció el mayor, pero Steve tomó su mano, impidiendo que se vaya.

-No, esta vez invito yo - dijo y puso un dedo sobre los labios del contrario para que no lo interrumpiera - Sin derecho a reclamos, Edd. Tú siempre pagas todo, déjame hacer algo lindo por ti una vez ¿sí? - se esperó en poner sus mejores ojos de cachorro y un puchero.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora