Capítulo 20

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Tw: posible contenido sensible

Abrió los ojos todavía aturdido por los calmantes que ingirió. Apenas tuvo las fuerzas necesarias para ir al baño. ¿Por qué demonios se sentía tan cansado? Ni siquiera sabía la hora que era, aunque todo a su alrededor estaba oscuro.

Los mareos se incrementaron de manera repentina, por lo que Steve creyó que vomitar podría aliviar su malestar. Llevó sus dedos hasta el fondo y dejó que su estómago hiciera el resto. Soportó las arcadas mientras se ocupaba de arrojar la viscosa y amarga sustancia que salía.

Cepilló sus dientes y lavó su rostro. El agua fría le hacía tanto bien... ¿por qué durmió tanto tiempo? ¿Qué estaba haciendo? Después lo averiguaría, solo necesitaba descansar un poco más.

Se echó en su cama con los ojos cerrados cuando le pareció sentir un peso a su lado. Su cerebro viajó al pasado imaginando que una conocida presencia se encontraba a su lado, por lo que no le tomó importancia. Jaló su manta favorita para protegerse del frío al dormir y buscar los restos del aroma de Eddie, el cual, lamentablemente, empezaba a desaparecer.

De pronto unas manos buscaron su cuerpo, mientras lo pegaba más hacia él mientras depositaba calientes besos sobre su cuello. Era distinto a otras veces... Pero al menos él había vuelto. Se dejó atender pese a lo agotado que se sentía. Después de todo, se trataba de...

-Eddie... - gimió en voz baja - ¿No deberías responder primero a mis mensajes antes de pensar en tener sexo?

-¿Quién mierda es Eddie? - definitivamente esa no era su voz. Unos ojos azules lo miraban expectante - ¿Vas a contestar, Steve? ¿Quién es Eddie y por qué no te asusta que pueda estar en tu cama?

-Tú... Tú no eres él - susurró asustado - ¿Qué haces aquí, Jason?

-Vengo por algo que los dos queremos. Te extraño - intentó besarlo, pero el castaño corrió su rostro impidiéndole hacerlo - Vamos, Steve, no me digas que ahora te importa Nancy.

-No quiero hacerlo. Vete.

-Ya sé que lo tuyo con esa chica es falso. No tienes excusas, vamos, sé que te gustará. ¿No recuerdas lo mucho que nos divertíamos antes?

-No - murmuró débilmente intentando alejarlo de su cuerpo, pero Jason era más fuerte y estaba más lúcido que él - Por favor.

-¿Es por ese idiota de Eddie? No te preocupes, te haré sentir bien.

Sus besos eran bruscos y torpes, mientras sus manos trataban de toquetearlo contra su voluntad, Steve supo que se encontraba en desventaja, apenas era capaz de abrir los ojos, los fármacos adormecieron sus reflejos y capacidad de defensa, dejándolo libre ante la voluntad de Jason.

-No sabes cuántas veces soñé con este momento - le dijo el rubio entre dientes.

-Jason... basta - susurró esperando que el chico reaccione, pero no lo hizo - Nosotros éramos jóvenes y estábamos experimentando, ahora no quiero.

-Te gustará, seré mejor que ese tal Eddie, te lo aseguro.

-Imposible - replicó - él jamás haría algo así.

-Es grosero que pienses en otro hombre cuando te estoy tocando, Steve.

Quiso decir algo más, o intentar defenderse hasta el último instante, quizá gritar para asustarlo, pero su cuerpo no lo ayudó y todo lo demás quedó en blanco para él.

[...]

Ninguna de las dos pronunció palabra alguna durante el trayecto, Abby esperó que Nancy diera el primer paso cuando se sintiera lista, por el tiempo que llevaba conociéndola sabía que era una persona con la que debía ser cuidadosa, pues la mayor parte del tiempo andaba a la defensiva, lo mejor sería que sea ella misma quien inicie el tema, para no exceder sus límites.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora