Capítulo 17

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Estaba encerrado en una habitación con las paredes pintadas en un tono azul bebé, había juguetes esparcidos por todo el suelo, en especial pequeños autos de colección. Parecía que un niño vivía ahí, aunque no sabía de quién se trataba. Por más que intentó recordar aquel lugar, nada llegó a su mente, sin embargo, lo albergó una gran sensación de paz.

La cual se desvaneció de pronto.

Se oyeron golpes y gritos detrás de la puerta, pudo escuchar la voz de un hombre y una mujer. Como si su cuerpo pudiera controlar sus acciones, corrió hacia la puerta intentando abrirla con desesperación, aunque era inútil, mientras les pedía que parasen, aunque ninguno de ellos lo hizo.

Sintió un gran golpe sobre la puerta, como si hubieran aventado un objeto pesado, y temeroso se escondió debajo de su cama, mientras rezaba a un Dios del que empezaba a dudar para que todo parara de una vez.

Después de lo que pareció una eternidad, dieron tres toques suaves a la puerta antes de abrirla.

-Ya se fue, estamos a salvo - dijo entre lágrimas la voz de una mujer.

Pese a no ser capaz de verla, aquella voz tan dulce le producía tanta paz y seguridad, que sintió que podía confiar en ella. Salió de su escondite para apreciar un moretón en el pómulo de la mujer, y su labio partido. Jadeó con sorpresa. Ella estaba herida.

¿Acaso el hombre la agredió? Tuvo que ser él.

- Estoy bien, no te preocupes, en serio - insistió para no preocuparlo - Tenemos que ser rápidos, él volverá en cualquier momento. Debemos irnos.

- Tengo miedo - dijo en voz baja.

- Yo también, pero es nuestra mejor opción, además sabes que siempre te voy a cuidar. Vamos, mi niño, busquemos nuestro rumbo hacia el sol.

La mujer lo tomó con fuerza para bajar las escaleras con rapidez, pero se detuvo en cuanto detectó la presencia del hombre en la entrada. No lograba ver su rostro, aunque no era necesario. Se sentía aterrado.

- ¿A dónde creen que van mis personas favoritas en todo el mundo? - preguntó arrastrando las palabras, probablemente estaba bajo los efectos del alcohol.

- No es lo que piensas - respondió la mujer aterrorizada.

- Cállate - gritó el hombre - No eres más que una mentirosa. ¿En verdad pensabas que podías dejarme? ¿Y llevarte al niño contigo?

- Estaremos mucho mejor sin ti, tú me das miedo - dijo, interviniendo en la conversación.

El hombre aventó una botella de cerveza que traía en su mano y se acercó peligrosamente hacia él, la mujer se puso delante suyo para protegerlo.

- No te atrevas a lastimarlo - lo amenazó.

- Has puesto al niño en mi contra. Te saldrá muy caro.

Todo era extraño, y el tiempo parecía irreal, no podía entender nada de lo que estaba sucediendo, hasta que el sonido de un disparo inundó la habitación y gritó. El hombre cambió su semblante, su rostro ahora tenía una expresión de dolor antes de caer al suelo, sujetando su estómago, de donde salía sangre en abundancia.

- Corre Eve, vamos a la camioneta - le indicó la mujer saliendo del shock.

- P-pero él...

- Lo atenderán y estará bien, pero ahora tenemos que irnos, sube a la camioneta - repitió.

Abrió los ojos de inmediato mientras trataba de controlar sus respiraciones. Su pecho se alzaba agitado producto de los recuerdos de su reciente pesadilla. Sintió sus ojos llorosos y la sensación de peligro no abandonaba su cuerpo.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora