Capítulo 50

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Cualquier rastro del cansancio abandonó su cuerpo en cuanto sintió las manos de Eddie jugueteando con el elástico de su bóxer, aunque se concentró en parecer dormido, por mucho que amara a su novio, Steve no desaprovechaba cada oportunidad que tenía para molestarlo.

-¿Estás dormido, bebé? - preguntó el rizado suavemente, mientras depositaba cálidos besos alrededor su cuello y oído.

-Mis ojos están cerrados, ¿eso qué te dice, Edd?

-Vaya, alguien tiene ganas de actuar como un mocoso malcriado - masculló para azotar el trasero del castaño, quien gimió al tacto, sin cubrir la sonrisa de satisfacción en su rostro tras haberse salido con la suya - En serio te gusta provocarme ¿no es así?

-Mentiría si dijera que no - admitió alzando su trasero en busca de un mayor contacto con el cuerpo del rizado - Ahora que tienes mi total atención, ¿qué propones, mi amor?

-¿Hola? ¿Alguien me escucha? ¿Gail? ¿Billy? ¿Steve? ¿Eddie? ¿Hola? - ambos dieron un pequeño salto al percatarse de la voz proveniente de la mesa de noche del castaño. Steve jadeó frustrado por alcanzar el pequeño dispositivo y contestó pese a las quejas de Eddie.

-Steve y Eddie por aquí, ¿qué ocurre, Tommy? ¿Está todo bien?

-¡Sabía que estaban despiertos! Por cierto, es muy grosero que los demás me ignoren, gracias por ser un buen amigo, Steve, aunque estoy seguro que Eddie debe estar maldiciéndome. 

-No te equivocas - admitió.

-Y no es el único. Son las tres de la mañana, ¿qué demonios quieres? - la voz de Billy se hizo presente también.

-Estaba buscando tonterías en línea y encontré una pequeña casa en las afueras de San Francisco, ¿no les interesa comprarla? Si nos unimos todos saldría mucho más barato, y es un excelente precio.

-Creí que esta línea era sólo para emergencias... ya sabes, relacionado a situaciones de vida o muerte - comentó Steve confundido.

-Y Stevie está siendo jodidamente amable por no maldecirte en estos momentos, pero yo sí lo haré, y colgaremos esta llamada si sólo es para escucharte actuar como un agente inmobiliario - se quejó Eddie.

-Chicos - Tommy suspiró para emplear un tono más serio - Odio traer nuevamente el tema, pero ¿qué sucede si en algún momento necesitamos salir del radar del resto del mundo? ¿O usar un lugar como refugio? Esta ciudad es maravillosa, aunque estaríamos muy expuestos si surge algún asunto. Podríamos comprar esa casa, para una emergencia.

-Bueno, no me parece una mala idea - opinó Steve - Tiene mucho sentido.

-Si Steve está de acuerdo quiere decir que Eddie también, Abby está dormida, pero supongo que no tendrá problemas - aceptó Billy - Aunque espero que no debamos usar esa maldita casa nunca.

Steve se apresuró en inspeccionar la cocina del apartamento de Abby y Billy, intentando no criticar el desorden y desorganización, ¿cómo podían vivir tan tranquilos en medio del caos? Los aderezos estaban mezclados entre sí, el envase donde guardaban el azúcar traía grumos de café, sin contar que las hieleras estaban casi vacías. ¿Tanto les cuesta poner un poco de agua después de quitar los hielos?

Prácticamente hizo un milagro al conseguir un par de cubos de hielo para colocarlos en una bolsa y ayudar a desinflamar los lastimados nudillos de Billy. La tensión había disminuido entre todos, aunque una gran sensación de nostalgia los invadió, detrás del enojo y reclamos tras la discusión con Tommy se reflejaba el temor de iniciar una nueva etapa sin él.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora