Sus piernas se movían inquietas sin que pudiera controlarlo mientras esperaba que el psiquiatra ingrese al consultorio. Steve tenía una extraña sensación sobre su cuerpo, aquella tardanza no era habitual, y durante las últimas sesiones Paul realizó preguntas muy peculiares, al grado que el castaño se sintió expuesto, sin embargo intentó responder con la mayor sinceridad posible, después de todo, si deseaba demostrarle a su abuelo que sus comportamientos eran normales como cualquier otro adolescente, y se trataba de una simple confusión, todo estaría bien.
Pero ¿en verdad lo estaría? ¿Por qué demonios Paul tardaba tanto? ¿Y por qué sentía que la ausencia del psiquiatra era un presagio de malas noticias?
¿Y si no se trataba de problemas típicos de un adolescente? ¿Era posible que él...?
-Lamento haberte hecho esperar tanto, Steve - el hombre ofreció cortésmente unas disculpas que parecían ensayadas - ¿Cómo te has sentido esta semana?
-Al grano, Paul - respondió siendo directo - No necesito darle vueltas al asunto, ¿puedes decirme que experimento una crisis completamente normal para alguien de mi edad y de esa manera mi abuelo me dejará en paz?
En el instante que Paul se acomodó la corbata con nerviosismo Steve supo que algo no iba bien, hecho que confirmó cuando la oficina volvió a abrirse dejando ingresar a Nicholas Harrington.
-Joder- susurró el castaño temiendo lo peor. Su abuelo simplemente lo examinó de pies a cabeza antes de dirigirse al psiquiatra.
-Sé breve, Paul, tengo asuntos muy importantes y las estupideces de Steve sólo me quitan valioso tiempo. ¿En cuántas sesiones puedes arreglarlo?
Arreglarlo.
Esa palabra resonaba en la mente del entonces adolescente de apenas quince años. ¿En qué momento dejó de ser un ser humano para convertirse en un problema del cual deseaban deshacerse de inmediato?
Jamás lo admitiría en voz alta, pero a Steve le dolía que su abuelo no se preocupara por su diagnóstico, simplemente quería saber en cuánto tiempo volvería a ser normal.
Tragó un amargo nudo en su garganta, ¿acaso alguna vez dejaría de dar problemas? ¿O quizá cabía la posibilidad de encontrar a alguien que por una sola vez no lo juzgara o intentara arreglarlo? ¿Era tanto pedir un poco de comprensión?
-Me temo que no es tan sencillo - respondió Paul enviando una mirada condescendiente al menor - Lo que Steve presenta es más complejo que un cuadro de depresión - el experto tomó una bocanada de aire antes de continuar - Es muy pronto para dar el diagnóstico, pero cumples con todos los criterios y síntomas, Steve, lo que tienes se llama trastorno límite de la personalidad.
-¿Qué... Qué es eso? - preguntó confundido - No lo entiendo, ¿cuánto tiempo tardaré en sanar?
-Es una condición con la que tendrás que vivir, Steve - contestó con pesar - Necesitarás apoyo de algunos medicamentos que te ayudarán a permanecer estable, y tendremos sesiones recurrentes para monitorear tu estado.
-¿Estás queriendo decir que no tiene arreglo? - preguntó Nicholas sin emoción en su voz - ¿Qué clase de profesional eres? ¿No se supone que eres el mejor psiquiatra del país? Tienes que hacer algo.
-El trastorno límite de personalidad no tiene cura - respondió - Sin embargo, Steve podrá tener una buena calidad de vida siempre que se encuentre en un entorno comprensivo que lo apoye.
Desde muy temprana edad Steve fue consciente de que su vida no sería como la de otros jóvenes.
A diferencia de sus amigos de la escuela, él no podía contar con sus padres ante cada problema, ni lo ayudaban con sus tareas o preparaban sus refrigerios. Tuvo que lidiar con situaciones de las que ni siquiera tenía una total comprensión, incapaz de realizar preguntas para evitar enojar a su abuelo.
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DISTURBIA (Steddie)
Fiksi Penggemar"Bienvenido a Disturbia el lugar donde tus pesadillas cobran vida, no te dejes engañar, aquí todos guardamos un secreto". En la noche de Halloween Steve visita un club de moda con el fin de convencer a su abuelo de que ha mejorado, comenzaba a resi...