La vida adulta estaba sobrevalorada. ¿Qué tenía de bueno? Abby se lamentaba de aquellas ocasiones en las que deseaba ser mayor para trabajar, conseguir su propio dinero y ser independiente.
¿Cómo demonios Eddie lo hacía ver tan sencillo? Intentaba mantenerse positiva, con un poco de suerte se acostumbraría al ritmo de su nuevo empleo y su vida volvería a tener un orden.
O quizá lo que verdaderamente la desestabilizaba era la cantidad de tiempo que transcurría sola. Desde la gran pelea con Billy solía quedarse en su apartamento con el televisor encendido de fondo, en realidad no miraba algún programa en específico, pero las voces la ayudaban a sentirse acompañada.
Sabía que podía subir y pasar tiempo con Steve y Eddie, sin embargo, tampoco deseaba interrumpir a la pareja. Entendía que ambos necesitaban tiempo juntos, y era una adulta, debía acostumbrarse a estar sola. Sus días eran más aburridos y monótonos sin la presencia de aquel rubio tonto al que consideraba como su mejor amigo.
Sólo es la hermana de mi mejor amigo. con la que soy amable porque se lo debo a Eddie y ella es incapaz de cuidarse a sí misma. ¡Es sólo una niña! Y ya me cansé de ser niñero.
Eran las palabras que no lograban abandonar su mente. Finalmente, diez años de amistad terminaron con unas cuantas frías verdades.
Lo peor de todo era que estaba obligada a callar su dolor, porque no deseaba generar más conflictos en el grupo, especialmente entre Billy y Eddie. A pesar de todo, eran una familia, y no quería desintegrarla por una tontería.
Eventualmente dejaría de doler, y podría ver a Billy como un extraño, así como tanto lo quería.
Por ahora era esencial que ocupase su tiempo en cosas más productivas, como concentrarse en su nuevo empleo. Para fortuna suya, encontrar trabajo no le tomó tanto tiempo.
Ahora, era una asesora de moda y accesorios de una reconocida franquicia juvenil en una tienda del centro. La paga era buena, aunque eran muchas horas laborales.
Melissa, su compañera de turno tuvo una emergencia, por lo que tuvo que completar el turno sola. Esperaba con ansias que llegue la hora de cerrar, no soportaba sus pies, lo único que deseaba era llegar a casa para dormir. La vida adulta le estaba dando una gran paliza.
Y como si aquello fuera poco, la campanilla de la entrada sonó anunciando un nuevo cliente a la maldita hora del almuerzo. ¡Qué falta de consideración!
-Disculpen, es hora del receso, volvemos a atender en una hora - anunció desde su lugar, aunque aquel grupo de chicas parecía no tener intención de irse - ¿Me escucharon? Dije que...
-Te escuchamos perfectamente bien, pero nos atenderás de igual manera, claro, si no quieres tener problemas con el gerente de la tienda - le acusó una de ellas.
-Chicas, creo que será mejor irnos - opinó alguien más del grupo, una voz conocida, no le tomó importancia.
-Mira, como sea que te llames, entre nosotras está la nieta del dueño de este lugar, así que si quieres conservar tu maldito trabajo mal pagado es hora de que levantes tu gordo trasero de la silla y nos atiendas - demandó una rubia.
Abby bufó y sin más remedio obedeció las órdenes de aquel grupo prepotente. Entre ellas localizó a Nancy, la prima de Steve, y entonces entendió la razón por la que obtuvo el trabajo con tanta facilidad.
Pero todo rastro de agradecimiento quedó apartado a un lado en cuanto las chicas empezaron a desordenar la tienda completa.
Debía suponerlo, tras la discusión con Nancy no se quedaría de brazos cruzados, sabía que estaba en desventaja, era territorio de la castaña, y necesitaba el trabajo, por lo que simplemente mordió el interior de su labio mientras intentaba arreglar el desastre que el grupo generaba.
ESTÁS LEYENDO
DISTURBIA (Steddie)
Fiksi Penggemar"Bienvenido a Disturbia el lugar donde tus pesadillas cobran vida, no te dejes engañar, aquí todos guardamos un secreto". En la noche de Halloween Steve visita un club de moda con el fin de convencer a su abuelo de que ha mejorado, comenzaba a resi...