Capítulo 42

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El tiempo.

Mientras más uno intenta comprenderlo, posee menos sentido, y es que es increíble e impredecible la manera en la que funciona. Lo único que quedaba por sentado era que definitivamente nunca tendrían suficiente tiempo para acostumbrarse a su nuevo estilo de vida.

Ninguno de ellos podía quejarse, a decir verdad, parecía que se habían transportado hacia una dimensión alternativa, jamás, ni en sus más grande sueño imaginaron que la vida podía ser tan tranquila.

En más de una ocasión lo confundieron con un oasis, porque se sentía como un respiro de la angustiante realidad, y les ayudaba a sobrellevar la situación actual.

Si bien el plan funcionó y la muerte falsa de Steve les brindó la oportunidad perfecta para huir con el dinero hacia San Francisco, no podían ignorar el hecho de que la justicia seguía tardando en llegar.

Apenas el vídeo de Steve fue publicado no tardó en ser compartido por miles de usuarios, y la grabación de la muerte de Nancy alcanzó millones de reproducciones en cuestión de unas pocas horas. Era el tema del cual todo el país hablaba.

No había medio de comunicación que no transmitiera durante extensas horas todo relacionado a la familia Harrington y los secretos ocultos que se revelaron después de la muerte de Steve y Nancy Harrington. Hubo unos cuantos pocos -probablemente aún aliados de Nicholas- quienes trataron de desmentir las pruebas durante semanas, basándose en el estado mental de Elizabeth y Noah, pero no tuvieron éxito.

El país ya había tomado su decisión y querían la cabeza de ambos.

Aunque claro, sería demasiado bueno para ser cierto. Nicholas Harrington se encontraba en un paradero desconocido, sin embargo, acorde a las noticias locales, se encontraban siguiéndole los pasos, y no tardarían en dar con él para iniciar el juicio.

Y Paul... si bien se había quedado a dar la cara ante las autoridades, no podían arrestarlo hasta dar con Nicholas y culminar el juicio. Cumplía con un arresto domiciliario provisional de manera voluntaria, esperando llegar a un acuerdo con la policía.

Pero no era suficiente. Steve necesitaba más. Verlos caer a ambos, pagando por todo lo malo que hicieron a lo largo de los años.

Por asesinar a sus padres...

Por robarse y amenazar a un grupo vulnerable de jóvenes en su peor momento...

Por todos aquellos inocentes que pagaron con su vida...

Por Botones...

Por su inocencia robada e infancia traumática...

Por Nancy...

No obstante, debía reconocer que Eddie tenía razón y en lugar de gastar energía maldiciendo a su abuelo, era hora de descansar y terminar de recuperarse.

Tu abuelo ya arruinó muchos años de tu vida, bebé, quítale ese poder y no permitas que siga atormentando esa hermosa cabecita tuya.

No fue fácil, pero con el transcurso de las semanas y meses, Steve aprendió a controlar sus pensamientos, y si bien le enojaba no tener noticias nuevas sobre el paradero de su abuelo, no dejaba de disfrutar de la nueva oportunidad que el destino le había otorgado junto a las maravillosas -y extrañas- personas que conoció en el camino.

San Francisco era muchísimo mejor de lo que recordaba, o tal vez se debía a la presencia de Eddie y sus amigos. Despertar cada día por los rayos del sol filtrándose por las ventanas de su apartamento frente a la playa, rodeado por los brazos del amor de su vida parecía un sueño hecho realidad.

Jamás podría cansarse de ello, mucho menos cuando Eddie lo despertaba con suaves caricias en su cabello, o susurros diciéndole lo hermoso que es o lo mucho que lo ama, era simplemente maravilloso. Y amaba disfrutar de esos pequeños momentos de absoluta paz hasta que el apartamento era invadido por la presencia de Billy y Tommy, que sin falta esperaban para desayunar juntos.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora