Capítulo 46

99 8 30
                                    

Limpió el exceso de sudoración de sus manos entre sus pantalones, aunque de inmediato volvió a sentirlas húmedas. Era todo una gran estupidez, ¿por qué se sentía tan jodidamente nervioso entonces? Lo había planificado bien, se tomó el tiempo de pensar en posibles escenarios fatales y creó excusas lo suficientemente convincentes.

-¿Steve?

Bueno, todo excepto esperar encontrar algún rostro conocido. Maldita sea, ¿por qué alguna de sus compañeras de escuela vendría a una tienda tan lejana al centro de la ciudad? El castaño entró en pánico en cuanto se topó con el rostro conocido de la chica que se acercaba hacia él con una gran sonrisa.

-No esperaba encontrarte por aquí - añadió la rubia esperando alguna respuesta de su parte, tal vez notó la incomodidad en Steve, pues siguió hablando, como si buscara ayudarlo - Quiero decir, es una tienda un poco lejana de tu casa... Mierda, esto es vergonzoso, ¿sabes quién soy? Me llamo Bethany, llevamos juntos biología, historia, literatura y francés.

-S-sí, claro que te recuerdo, Bethany - tartamudeó sin ser capaz de evitar sus nervios - En realidad no quería que nadie me encuentre aquí. Es vergonzoso.

-Es sólo una tienda, Steve, tal vez no sea tan popular como las del centro, pero tiene buenas promociones - le recordó con una sonrisa - Vamos, ¿qué estás buscando? Tal vez pueda ayudarte a hallar algo que te guste.

-Oh, no es para mí, es un regalo para alguien especial - mintió, pero prefería eso a ser descubierto. La rubia amplió su sonrisa y Steve detectó un brillo extraño en sus ojos - Para una chica, quiero decir - aclaró sin razón.

-Es alguien muy afortunada. ¿La conozco? ¿Va a nuestra escuela? - se interesó mientras tomaba el brazo del joven para caminar por los distintos pasillos en la tienda de belleza.

Joder, la mentira estaba creciendo en tiempo récord. ¿Qué demonios podía decirle? Bethany conocía prácticamente a toda la secundaria, sería imposible mentirle. Steve rogaba que la rubia dejara de hacer preguntas.

-Probablemente sí, quiero decir, eres bastante popular y parece que te llevas bien con todos.

-¿Te refieres a la sarta de idiotas de nuestros compañeros? - cuestionó Bethany haciéndolo reír por la mueca de desagrado que realizó la chica - Sólo son un grupo de tontos que pretenden ser alguien que no son, es patético. ¿No lo crees?

-Sí, aunque también los comprendo - respondió ganando la atención de aquella chica - Es más fácil fingir ser alguien más para ser aceptado, que ser tú mismo y ganarte el rechazo colectivo de las personas que son importantes para ti.

-Cielos, no lo había visto de esa forma. Debía esperar un comentario semejante viniendo de alguien como tú.

-¿Alguien como yo? - el castaño sintió la rigidez de su cuerpo.

-Oh, lo siento, no quise ofenderte - Bethany se sonrojó de inmediato. ¿Acaso estaba nerviosa? ¿De qué? - Mi gran boca siempre metiéndome en graves problemas... Esto es un poco vergonzoso, pero ¿recuerdas las notas anónimas que recibes en tus proyectos de literatura? - preguntó con timidez, Steve asintió confundido y abrió los ojos con sorpresa en cuanto la joven se señaló a sí misma - Culpable.

-¿Eras tú? - susurró con sorpresa.

-¿No soy lo que esperabas?

-No, es que... No puedo creerlo.

Bethany Jennings era probablemente la reina de la secundaria, cumplía con la mayoría de clichés para una joven popular de dieciséis años: su cabello era largo, rubio y ondulado, sus ojos eran grandes y verdes.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora