Abrió la puerta de la habitación con cuidado para no asustar a ninguno de los niños, no necesitaba ser una experta para saber que ambos habían estado expuestos a situaciones terribles y los volvía más susceptibles ante los desconocidos. Le tomó muchos meses lograr que Ethan -o mejor dicho Eddie- confíe en ella, y debía retribuir a aquella confianza.
Le sonrió con ternura a la pequeña, quien de inmediato salió de la cama llevando su dedo índice hacia los labios, en señal de silencio.
-Apenas ha dormido una hora - susurró mirando hacia su hermano mayor - ¿Qué es todo esto?
-No sabía lo que les gustaba, así que traje un poco de todo para desayunar - explicó sin importancia, mientras transportaba la bandeja hacia el escritorio de la habitación.
-¿Desayunar? ¿Vamos a desayunar?
-Por supuesto, pero primero deberías probar la ducha, el agua está deliciosa y puedes usar la ropa nueva que te traje.
-Tengo la de Eddie - respondió tirando de la manga gastada de su polera.
-Se ve cómoda, pero es hora de que tengas tus propias cosas... Abby - sonrió con complicidad - Entonces, ¿a la ducha?
-Bien, le avisaré a Eddie.
-Creo que es mejor dejarlo dormir, tú misma lo dijiste, apenas ha logrado descansar una hora.
-Siempre debo avisarle en dónde estoy - insistió la niña.
-Prometo que si despierta le contaré, además no deben preocuparse, aquí están a salvo.
-¿Lo dices en serio?
-Muy en serio, ahora ve.
Al llegar a la cabaña que sería el nuevo hogar de los hermanos se esforzó en enseñarles el lugar, asegurando que nadie los separaría o lastimaría, incluso cada quien tendría una habitación para decorarla como guste, sin embargo, Abby y Eddie lo rechazaron, optando por dormir juntos en una misma recámara. Abby necesitaba de aquella seguridad que Eddie le proporcionaba siempre, y él, por su parte, no dejaría que la alejen de la única persona que alguna vez amó.
Su hermana pequeña era su mundo entero, y pese a que la mujer demostró cumplir con su palabra, era mejor mantenerse cerca a Abby en caso necesite protegerla, y no bajar la guardia jamás.
Si las personas que se supone debían mantenerlo seguro y velar por bienestar fueron quienes los maltrataron, ¿qué le garantizaba que aquella mujer no lo hiciera? Después de todo, nadie te regala nada sin esperar nada a cambio.
El pequeño de cabello rizado no fue consciente del momento en que su cuerpo cedió al agotamiento que traía consigo y cerró los ojos, hasta que un suave samaqueo lo hizo abrir los ojos de manera abrupta.
-Lo siento, no quise asustarte - dijo aquella mujer a manera de saludo - Me alegra que hayas podido dormir siquiera un poco.
-¿Dónde está Abby? - fue lo primero que preguntó al notar la ausencia de su hermana en la habitación, y los peores escenarios cruzaron su mente.
-Tranquilo, sólo fue a darse un baño, ¿sientes el ruido del agua? Es ella. Puedes verificarlo tú mismo.
Por supuesto que lo hizo. De inmediato, Eddie se puso de pie hasta llegar al baño, tocó la puerta con el código que únicamente era conocido por Abby y él.
-¿Cariño? ¿Lena? ¿Estás bien? - preguntó.
-Lena no existe. Ahora es Abby - respondió al abrir la puerta cubierta por una toalla - Y estoy mejor que bien. ¡Hay agua caliente! Y el shampoo huele a fresa, igual que el de las otras niñas de la escuela. Mira, huele mi cabello - lo alentó y el rizado acató únicamente por mantener la sonrisa emocionada en su hermana - ¿verdad que ahora seré una niña bonita como las demás? No volverán a decir que soy un niño.
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DISTURBIA (Steddie)
Fanfiction"Bienvenido a Disturbia el lugar donde tus pesadillas cobran vida, no te dejes engañar, aquí todos guardamos un secreto". En la noche de Halloween Steve visita un club de moda con el fin de convencer a su abuelo de que ha mejorado, comenzaba a resi...