Capítulo 54

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Se removió incómodo por la presión en la parte baja de su abdomen, obligándolo a despertar para ir al baño. Steve odiaba cuando le daban ganas de orinar a altas horas de la noche, en la mejor parte de su sueño, sin embargo terminó yendo de todos modos. Al esclarecer su mente frunció el ceño tras darse cuenta de que se encontraba solo. Consultó la hora en el reloj de su mesita de noche, sólo para confirmarlo: eran casi las cuatro de la mañana, ¿dónde demonios estaba Eddie?

Se puso de pie para alcanzar su bata para buscar a su esposo. Quizá era un escenario que haría que sus amigos bromeen respecto a lo sobreprotector que se había vuelto con Eddie tras el trasplante de riñón, sin embargo Steve estaba seriamente preocupado por el estado del rizado, era claro que algo no andaba bien con él desde el enfrentamiento con Paul, y no se trataba de la cirugía.

Eddie pretendía estar bien, e intentaba dar la menor cantidad de problemas posibles, pero no era capaz de engañar a Steve, sabía que algo aquejaba la mente de su esposo y se sentía impotente de no poder hacer nada para ayudarlo, pues no podía obligarlo a hablar sobre algo que le incomodara, trató de esperar pacientemente a que fuera el mismo Eddie quien diera el primer paso... Los días siguieron transcurriendo, y aquel hecho estaba lejos de concretarse.

Constantemente, Steve debatía consigo mismo, sin saber si la situación era tan grave como pensaba, o eran sólo exageraciones suyas, pero nada parecía exagerado cuando apreciaba la mirada vacía de su esposo, o sentía que algo había cambiado en su relación. Vivían momentos difíciles, lo sabía bien, sin embargo, incluso en la adversidad ambos habían encontrado la forma de unirse, de ser un equipo contra el resto del mundo, y ahora era como si Eddie lo apartara, y buscara luchar por su propia cuenta.

Y aquello le dolía más que nada.

Eddie lo apoyó como nunca nadie lo hizo en sus momentos más difíciles, y ahora que la balanza se había revertido, esperaba ser capaz de hacer lo mismo por él, ¿por qué tenía que ser tan cabeza dura y no se permitía ser vulnerable? No era ningún extraño, maldición, Steve era su jodido esposo, ¿tanto le costaba confiar en él?

Todo rastro de enojo se desvaneció en el momento que Steve llegó a la sala de estar. Eddie se encontraba sentado en uno de los sofás, con la mirada fija sobre el televisor, lo cual no sería extraño si es que aquel tuviera siquiera señal o alguna película antigua que tanto le gustaban a su esposo. Había algo desgarrador en el escenario frente a él: su amado Eddie, con la mirada perdida en aquellas chispas grises que emanaba el televisor en plena madrugada, en lugar de dormir a su lado.

Definitivamente algo no estaba bien.

Y Steve debía intervenir antes de que Eddie termine de romperse a sí mismo en el proceso.

-¿Eddie? - preguntó con la voz más suave que pudo poner, pero no obtuvo ninguna respuesta - ¿Edd? ¿Amor? - volvió a intentarlo, dando pasos cautelosos hasta quedar frente al rizado y posó una mano sobre su hombro. El nombrado reaccionó de inmediato al tacto, dando un pequeño brinco del susto - Hey. Está bien. Soy yo, tranquilo. Sólo soy yo - Steve intentó calmarlo y se sentó a su lado - ¿Qué ocurre, Edd?

-No podía dormir - respondió aún con la mirada fija en el televisor.

-Lo sé, no me refiero a eso, y lo sabes - sabía que se avecinaba una conversación difícil, pero no podían continuar actuando como si nada pasara, obviando los evidentes problemas que cargaban - ¿Qué está pasando, Eddie? ¿Podrías mirarme, por favor?

-Lo siento, no es un buen día - se disculpó de inmediato. Pese al esfuerzo realizado en mirarlo a los ojos, Steve aún no encontraba a su esposo - Pero no es nada malo, vuelve a dormir.

-Últimamente tienes muchos días malos, ¿no crees? - preguntó acomodándose en el sofá.

-Sí, bueno, no todos los días te ves obligado a mudarte a una cabaña en las afueras de otra ciudad y te recuperas del ataque de un psicópata cuando empezabas a acostumbrarte a tener una vida normal - replicó el rizado tratando de marcar distancia del castaño.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora