Capítulo 30

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Steve anotaba a las indicaciones de Tommy para terminar con la lista de compras, aunque por el semblante del otro chico, el castaño intuía que algo más ocurría. O quizá era el momento indicado para tener una conversación con él.

-Estás haciendo muchas cosas por el grupo, no creas que no lo he notado - le hizo saber Steve - Y quería agradecerte por eso.

-El que debe agradecerte soy yo, a decir verdad, me sorprende que hayas salido a mi favor después de que...

-¿Fuiste un idiota conmigo? - completó el menor sonriendo - Lo entiendo. Aún no me conoces bien y vengo a invadir tu espacio, me uno a tu grupo, y estoy con Eddie.

-Eddie no importa - contestó Tommy - Bueno, no de la manera en la que crees. Supongo que tenía mis reservas sobre ti, y tuve miedo. Siendo totalmente sincero, aún lo tengo.

-¿Sobre qué? ¿De mí? ¿En serio?

-¿Acaso no te has dado cuenta del poder que tienes sobre él? Steve, eres el mundo entero para Eddie, y eso me preocupa, porque puede ser peligroso. Él haría lo que fuera por ti, sin importar el riesgo que tenga, y no me refiero simplemente al error que ocurrió con Jason... Nunca lo había visto tan entregado hacia alguien más, y algunas veces temo que todo esto sea demasiado para ti y lo dejes. Incluso temo por ti.

-¿Por mí? ¿Piensas que puedo delatarlos o algo así?

-No, Steve. Tú sólo sabes de este mundo por lo que ellos te han contado, pero nosotros lo hemos vivido desde muy jóvenes. Y no es tan sencillo, sólo espero que puedas salir libre de toda esta situación, aunque no lo creas, no te odio, al contrario, puede que me agrades, mucho más que el idiota de Billy.

-Puede que también me agrades, y este sea el inicio de una amistad.

-Muy pronto, Harrington. Aunque tal vez podamos ser amigos siempre que Eddie y tú sean más silenciosos en las noches.

[...]

Se sentía extraña tocando la puerta de su propia habitación antes de entrar, sin embargo, quería respetar el espacio de Nancy, le preocupaba que la chica no hubiera salido en toda la tarde, y había esquivado las comidas para evitarlos. Abby entendía que debía ser un proceso difícil adaptarse a tantos cambios en poco tiempo y quería demostrarle a Nancy que podía apoyarla.

Steve le dijo que era una pérdida de tiempo, Nancy siempre fue una persona solitaria, a la cual no le gustaba demostrar signos de debilidad frente al resto, y cuando se sintiera lista ella misma pretendería que nada pasó y actuaría con total normalidad.

Pero Abby no se sentía bien dejando a Nancy sola en su peor momento. Y bajo ese pensamiento volvió a tocar la puerta.

-¿Nance? Soy yo, sólo quería traerte algo para comer, te hice un sándwich de queso en la tostadora, y no le vayas a decir a Tommy, pero le puse doble queso. ¿Puedo entrar? 

-Adelante - contestó sin ánimos. La pelinegra dejó una pequeña bandeja sobre la cama, mientras debatía mentalmente en las mejores palabras para empezar - No tienes que hacerlo. Ya sabes, preocuparte por mí, deberías ir con tu novio en vez de perder el tiempo aquí.

-Estar contigo no es perder el tiempo, créeme - Abby se sentó a su lado en la cama - Pensé que te haría bien hablar con alguien.

-¿Y ese alguien eres tú? No me hagas reír. Eres experta leyendo al resto, podrías darte cuenta de lo que me pasa sin necesidad de preguntarlo.

-Lo sé, aunque preferiría que me lo cuentes, si es que quieres hacerlo, sé que no es fácil lo que estás viviendo, pero créeme que no dejaré que algo malo te suceda.

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora