Capítulo 14

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No entendía lo que estaba sucediendo, aún se sentía aturdido y sumamente confundido, en especial cuando Abby y Billy llamaron a la puerta para discutir sobre algunos temas con Eddie, como si debatieran lo que debían hacer. Algo que parecía de vida o muerte.

¿Qué estaba ocurriendo? Eddie mencionó algo sobre desintoxicarlo, pero Paul fue claro con sus instrucciones, serían efectos secundarios fuertes, pero valdría la pena en nombre de su mejoría.

¿Por qué entonces Eddie querría eliminar la medicina de su sistema?

Su atención se desvió hacia Abby, quien examinó ambos brazos para finalmente decidirse por el izquierdo, en donde colocó una liga con el fin de hinchar sus venas. Olvidó que estudiaba enfermería, y usualmente confiaba en ella para todo, pero ¿colocarle una vía? ¿estaba capacitada para eso?

-Ayúdame haciendo presión con tu puño, verás que será algo rápido. Ni siquiera lo sentirás - dijo para animarlo mientras continuaba dando pequeños toques a su vena - Descuida, Stevie, sé lo que hago. Lo he hecho miles de veces con Edd, Billy, Jonathan, tengo manos de ángel.

-Sí, bueno, en un inicio era demasiado torpe, ¿cuántas venas me has roto, Abbs? - preguntó el rubio - Y ni qué decir de las veces en las que me acosabas hasta que dejaba que me pusieras mierdas raras en el trasero - comentó con burla hasta que Eddie lo golpeó en el pecho con molestia - Eso fue en el pasado, ahora ha mejorado mucho desde que Jonathan es su mentor.

-¿Qué está pasando? - preguntó débilmente al sentir la jeringa sobre su vena.

-Sólo te pondremos un poco de suero. Estás deshidratado, ese medicamento te ha hecho mal, y por ahora necesitas descansar. Hablaremos del resto después ¿sí? - la pelinegra terminó su labor al colocar un poco de cinta sobre su brazo - Intenta no ver mucho tu brazo hasta que se se termine el suero.

-Tranquilo Steve, estarás bien - le alentó Billy.

Pero, ¿por qué no lo estaría?

Su cuerpo se encontraba realmente cansado, sin embargo, no pudo descansar cuando sintió que Abby trabajaba en su otro brazo. La vio tomarle una muestra de sangre antes de quedarse profundamente dormido. Seguía sin comprender lo que sucedía a su alrededor, pero necesitaba dormir, al menos un poco más, hasta que pudiera recuperarse.

La tranquilidad le duró un par de horas como mucho, pues volvió a despertarse prácticamente corriendo hasta llegar al inodoro y vomitar durante el resto de la madrugada, sin embargo, a diferencias de días anteriores, sentía un gran alivio cada vez que expulsaba aquella viscosa sustancia de su cuerpo.

Cumplieron su palabra; intentaban ayudarlo a mejorar, pero no por ello seguiría siendo tan confiado, necesitaba saber lo que estaba ocurriendo. Eddie se puso de pie con una sonrisa al verlo salir del baño.

-Te ves mucho mejor bebé, me tenías muy preocupado - le dijo.

-Eddie, tenemos que hablar - respondió decidido, era mejor ir al grano de una buena vez.

-¿Qué sucede, cariño?

-Eso es precisamente lo que quiero saber, ¿qué está pasando? Lo único que sé es que me despertaste en plena madrugada para que tu hermana me inyectara Dios sabes qué para "desintoxicarme", cuando sabías que necesitaba esas pastillas para mi tratamiento, por cierto ¿dónde está el resto?

-Las tiré por el inodoro - contestó.

-¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? Paul dijo que eran muy difíciles de conseguir y las necesito urgente. ¿Acaso no quieres que mejore? - cuestionó enojado.

-Por supuesto que lo quiero, Steve, pero esas pastillas no te iban a ayudar. Al menos no de la manera en que crees.

-Ahora sabes más que mi psiquiatra - bufó. 

DISTURBIA (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora