No tenemos nada de que hablar por el momento Cris
✓✓ enviado 1:35 am
Lionel desactivó el WiFi del dispositivo y lo dejó en el taburete a un lado de la cama, algo en el portero mexicano despertó su interés. Acaso era su cabello chino? O su mala precisión al detener goles. No tenía idea pero le llamaba la atención.
Recordó la suavidad de su mano y sobre todo su olor a dulce de leche el cual le resultaba tan delicioso.
—no puede ser, deja de pensar en eso Lionel— con fuerza se dió dos bofetadas para recuperar la cordura y concentrarse en el siguiente partido.
Respiró profundamente y cerró los ojos esperando calmar la taquicardia.
Abrió los ojos de nuevo al escuchar la puerta, se levantó para abrir. Era Rodrigo de Paul—adelante, pasa algo?— preguntó Messi ya algo cansado.
—nada, solo que te vi distraído después del partido y me preocupé, usualmente cada que ganamos siempre festejas con nosotros así que te traje esto— el jugador medio entró para poner en la mesa una charola de comida la cual consistía en un plato de milanesa napolitana y jugo de naranja, no podía faltar el postre favorito de Leo.
El dulce de leche.
—muchas gracias... Oye por cierto— de Paul volteó a verlo al escucharlo
—si? Que sucede?— preguntó esperando ser de ayuda para el
—tu eres omega verdad?— en ese punto Messi ya estaba nervioso por cuestionar eso.
—si, tu sabes que lo soy— contestó Rodrigo un tanto dudoso, por que la pregunta?
—como te gustaría a ti que un alfa te cortejara?— el rostro del extremo derecho ya estaba demasiado rojo, de Paul también se puso rojo al escuchar la pregunta pero accedió a responder pues sabía que Lionel era una persona previsora. Recordó haberlo visto encontrarse dos veces con un jugador de México.
—sabes? Yo tengo mi manera de ser cortejado pero creo que deberías preguntarle a alguien que sepa de ese portero, yo amo que me den duro, que tal si el quiere algo suavecito—
Se asustó al ver que la cara de Messi estaba roja tomando un tono magenta
—oh Lionel te asfixias— tomó un folleto y le echó aire para que pudiera respirar mejor.
—lo siento, te agradezco por la comida—
Se levantó y abrió la puerta, Rodrigo entendió que el necesitaba tiempo a solas y salió de ahí no sin antes recalcarle que si necesitaba algo estaría para ayudarle.
Leo cerró la puerta con seguro y se recargó en ella volviendo a tratar de controlar su respiración.
Tenía un problema, se había enamorado de Memo Ochoa y no sabía cómo decírselo, temía ser rechazado.
Con valor tomó el teléfono y volvió a conectarse, ignoró los mensajes de felicitación así como los reproches de Ronaldo para ir directo a buscar
Guillermo Ochoa
Hola, podriamos vernos en la tarde para platicar?
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Amor en fase de grupos
RomanceGuillermo Ochoa queda perplejo ante aquel tiro de Lionel Messi y un gol de amor entra en su corazón