Tener a su bebé en brazos de nuevo fue lo mejor que pudo pasarle en la vida. Estaba muy agradecido de al fin poder estar con su familia y amigos.
Se aferró al pequeño con amor y dulzura para besar su frente. Aun se encontraba de rodillas en el piso de la sala pero no le importaba eso. Solo quería disfrutar de un momento en paz dando amor a su frijolito. No podía dejar de llorar.
Leo no dudó en abrazarlos también, cuidar al bebé durante la ausencia de Memo fue difícil ya que el pequeño lloraba por la presencia de su papá. Fueron muchas noches de angustia e insomnio a pesar de tener el apoyo de sus amigos para hacerse cargo de las necesidades de Lionel Jr.
—yo los extrañé tanto, no se si esto sea un sueño— aun no podía creerlo, le costaba hacerlo. Tampoco quería que fuera un sueño.
Guillermo sintió una bofetada y miró a la persona que se la dió.
—lo siento, quería traerlo a la realidad— Cristiano se disculpó.
—vamonos— Javier lo tomó del brazo para llevarlo a la cocina.
Lionel solo se limitó a acariciar el rostro de su omega quien a pesar del golpe estaba feliz.
—estás bien amor?—
—estoy mas que bien, estoy de lo mejor— las lágrimas corrían por sus mejillas.
—muy bien, pero ahora usted debe hacer algunas cosas— Leo tomó al pequeño y la mano de su amado para ayudarlo a levantarse y llevarlo a la habitación de ambos, subieron las escaleras. Entraron a la habitación y Memo se sentó en la cama mientras Lionel acomodaba al pequeño en la cuna. Se volvió a acercar a el.
—usted necesita una buena sesión de cuidados que serán proporcionados por mi personalmente— el alfa ayudó a su omega a levantarse de nuevo y lo llevó al baño para ir quitando su ropa, podía notar algunos golpes. Su semblante cambió al darse cuenta de ello.
—vamos amor, te voy a consentir—
Guillermo sonrió contento, después de tanto tiempo aun no creía que el mejor jugador del mundo estaba comorometido con el, tenían un bebé y aparte de eso Cristiano Ronaldo les cocinaba algo junto al chicharito. Nada podría superar eso.
Con ayuda de su Leo entró a la tina de agua caliente y se relajó mientras el le ponía shampoo para ir masajeando su cabello. Eso lo hacía sentir tan bien.
—esto me encanta, muchas gracias—
—no me lo agradezcas cielo, lo mereces—
Con cuidado enjuagó su cabello y lavó su cuerpo tratando de no lastimar donde estaban las marcas de golpes y cortadas. Al terminar todo lo ayudó a salir y le puso una pijama calientita.
—listo, hueles delicioso a limpio—
Leo lo ayudó a acomodarse en la cama, quería que se sintiera bien.
—voy rápido por algo, no te vayas a dormir— Lionel salió rápido para ir con Javier y Cris quienes ya tenían lista la comida, agradeció y tomó la charola.
La llevó con Memo, le sorprendió la velocidad con la que comía.
—tenias hambre verdad?—
—mucha, esto es tan rico—
—con cuidado, hay mas comida— verlo comer de esa manera lo hacía pensar en como pudo haberla pasado o la cantidad de comida que le daban. Lo ponía triste de alguna manera.
Al verlo acabar y quedar satisfecho dejó la charola a un lado y ayudó al omega a acostarse, acarició sus cabellos y lo arropó al verlo quedarse dormido.
—ya estás a salvo, jamás dejaré que te vuelvan a lastimar—
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Wenaas, mami oruga volvió al 100% de todo, voy a actualizar más seguido en esta bella recta final de la historia y unas cositas de mi vida, amo hablar de eso
Gracias por esperarme
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Amor en fase de grupos
RomanceGuillermo Ochoa queda perplejo ante aquel tiro de Lionel Messi y un gol de amor entra en su corazón