—nos vemos luego, adiós— Javier se despedía de sus amigos, abrazó a Ochoa suavemente.
—emmm si bueno, ya lo abrazaste mucho— Leo los separó a los pocos segundos y abrazó a Hernández con fuerza.
—adios— Memo solo estrechó la mano de Ronaldo y salió de la casa con rumbo al auto. Messi lo siguió y lo alcanzó para ayudarlo a subir cuidadosamente, cerró la puerta y el se adentró en la parte del piloto.
—amor, estás molesto?— lo miró un poco preocupado.
—yo? Para nada— suspiró —agradezco que hayas reiterado tu relación conmigo, te amo—
—yo te amo más— sonrió Lionel y arrancó.
—no, yo te amo más, si tu me amaras mas de lo que yo te amo a ti no saldríamos de la cama y moririamos de hambre— tomó su mano suavemente.
—tienes razón, tu ganas mi vida, mi sol, mi rey, mi todo—
Esas palabras cariñosas provocaron un sonrojo muy notorio en el rostro de Memo, amaba esas muestras de cariño.
—por cierto, aun debemos ver lo de la boda, contacté a una organizadora conocida y ya tengo quien hará el pastel así como los banquetes— Leo manejaba con precaución.
—si tu eres quien organiza no me sorprenderá que los responsables sean Buddy Valastro y Gordon Ramsay—
—jajajaja oye buena idea—
—noooooo, es broma—
—ah—
Ochoa se reclinó un poco en el asiento para tener más comodidad —pero cuando nos casaremos?— no sabía cuanto tiempo tenían y el como debía prepararse para eso.
—bueno, te parece cuando tengas 7 meses? Así podré organizar las cosas bien, tu vas a llevar un hermoso traje blanco y yo uno negro, va a ser una boda preciosa con muy pocos invitados— la emoción de Leo era evidente, ya quería ser el esposo de su omega.
—tendría que probarme el traje a ultimos momentos, de cualquier manera la panza me va a crecer más— la tocó suavemente pasando las yemas de sus dedos por encima, sintió como la mano libre de su prometido también era puesta, acariciaba su redondez.
—lo se muy bien mi amor, te verás precioso—
—tu también mi vida—
Llegaron a casa, el Omega fue ayudado a bajar, no quería hablar del tema de Ronaldo, le resultaba incómodo y no quería salir enojado. Se sentó en uno de los sillones y se estiró un poco.
—amorcito, te sientes bien?— Messi se acercó.
—si mi vida, me duelen los pies un poco— los estiró para ponerlos en un taburete que su amado puso enfrente.
—que lindo eres, te daré un masaje si?—
—por favor—
El argentino se acomodó para quitarle los zapatos a su amado y después los calcetines, con delicadeza empezó a masajear sus pies. Escuchó un gemido por parte de su omega.
—t..tu gemiste?—
—no digas nada, estoy sensible—
Messi sonrió, amaba hacerlo sentir bien.
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Comentario del autor: me siento algo cansado y con sueño, disculpen lo corto del capítulo
Por si no me conocían, este soy yo
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Amor en fase de grupos
RomanceGuillermo Ochoa queda perplejo ante aquel tiro de Lionel Messi y un gol de amor entra en su corazón