Todo era oscuro y frío en esa habitación cerrada, Memo sentía el miedo hasta los huesos. Realmente merecía terminar asi?
Ser un omega era su sentencia de muerte, el simple hecho de poseer esa casta lo hacía vulnerable a todo.
Sin poder moverse de aquella silla miró a los ojos a su captor, aquel hombre que lo veía con lascivia. Tenía un aroma horrible a llantas quemadas y eso le provocaba asco.
-y dime, que plan tenías al quedarte en qatar?- la voz del tipo era grave e igual era asquerosa.
-no te diré nada- Ochoa no quería mencionar a Lionel, se quedaría callado sin importarle nada.
Un puñetazo tras otro en el rostro, quemaduras de cigarrillo en sus brazos, golpes en su abdomen así como el uso de un cable para provocarle dolor era lo que recibía por su silencio.
El sujeto ya se estaba cansando, sacó un arma y apuntó directo a la cabeza del omega.
-estoy harto de ti maldita mierda- cargó el cartucho y Guillermo solo cerró los ojos esperando el final.
-dejalo, yo me encargo- el director técnico entró y el sujeto quitó el arma para salir de ahí muy molesto.
El anciano puso una silla frente al omega y se sentó para mirarlo. -que piensas? Que vas a poder salir de esa manera y ser feliz? Jajajaja- tomó un tubo del suelo.
-l..la policía lo va a detener por esto- Memo sangraba mucho por la golpiza, el viejo solo volvió a reir.
-jajaja leyes? Ninguna te protegerá, solo eres una incubadora y yo puedo hacer lo que quiera contigo- apenas se acercó a el le arrancó el collar antimordidas y notó la que ya tenía. Lo desató de la silla para dejarle algo de movilidad pero el solo cayó al suelo.
De nuevo golpe tras golpe con el artefacto metálico, los gritos del omega no eran escuchados por nadie, se sentía solo y sin importancia.
El Tata acercó su boca al cuello de Memo pero su tenue aroma a dulce de leche ya no era igual, ahora le daba asco y no podía morderlo.
-eres inservible, solo eres mercancía ahora- el anciano salió de ahí dejando a Ochoa en el suelo, cerró la puerta.
El omega lloraba por el dolor y el miedo por su alfa, Leo era lo único que le importaba en el mundo.
Todo lo que podía hacer era pensar en el para soportar cada golpe.
...
La final de la copa mundial llegó y toda la afición estaba emocionada por saber quien era sería el campeón.
El partido comenzó con movimientos muy fuertes de los delanteros franceses, Mbappe tiraba a gol varias veces las cuales no pudieron ser evitadas por bloque defensivo argentino.
Sin embargo algo sucedió, Lionel Messi no estaba muy concentrado, solo podía pensar en su omega y aquella nota encontrada. Scaloni simplemente decidió confiar en el.
El partido terminó con 4-2 favor Argentina en penales después de un partido muy cardíaco, la hincha lloraba por haber alcanzado una nueva copa y la afición ahora amaba más a Lionel por su increíble actuación en el juego.
Pero no sabían lo que estaba sufriendo, no tenían idea del dolor que se ocultaba en el alma de ese gran jugador y juzgaban simplemente por hacerlo.
-hiciste lo mejor compañero, eres el mejor- Julian se acercó a abrazarlo y poco a poco todos los demás jugadores de su equipo. Estaban para el y lo apoyarían mucho.
_____________________________
Comentario del autor: no se como termine la copa mundial así que esto no es una predicción, solo es para usarlo en la historia.
Los quiero mucho y gracias por seguir aquí, les daré lo mejor para que disfruten esta historia.
Les daré capitulo esta noche también para consentirlos por llegar al millón de lecturas
ESTÁS LEYENDO
Amor en fase de grupos
RomanceGuillermo Ochoa queda perplejo ante aquel tiro de Lionel Messi y un gol de amor entra en su corazón