Escándalo

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—oh cielos, aquí huele delicioso— Guillermo sentía que estaba en el paraíso y su hambre ya era demasiada, fueron a una mesa cerca de la pared del local.

—mucho, ven mi amor— Messi le acomodó el asiento para que su omega pudiera sentarse y así lo hizo, con cuidado le ayudó para que su vientre no pegara contra la mesa.

—que se te antoja mi vida?— el alfa tomó un menú para mostrarle los platillos.

—mmmm quiero estos, se ven ricos— eligió los cuatro últimos platillos, Leo asintió y fue a pedirlos con un mesero, también pidió lo suyo. Se acercó a sentarse frente a su amado prometido.

—ahorita nos lo traen, todo se ve tan delicioso— el ya también tenía hambre.

El mesero por lo mientras dejó dos vasos. Memo tomó el suyo para beber el agua.

—pero sabes que se ve mas delicioso?—

Ochoa solo lo miró.

—tu— Leo se puso rojo, adoraba elogiar a su amado.

Guillermo escupió el agua en el rostro del alfa al escuchar eso.

—l..lo siento— rápidamente se levantó para limpiar sus lentes y su cara.

—no pasa nada mi vida, a ti te acepto todo— el amor que Lionel le tenía a Memo sobrepasaba todos los límites, realmente estaba agradecido de ser su pareja.

—listo, quedaste como nuevo— se volvió a sentar.

La comida llegó, Messi no había probado muchos de esos platillos, la emoción era mucha para una persona tan pequeña.

Comenzó a comer primero unas flautas con mucha lechuga y aguacate encima. Tomó el cuchillo para partirlas y el tenedor para ir tomando los pedazos. La cara que puso Ochoa al notar como comía era de entre miedo y sorpresa.

—amor, no—

Guillermo tomó una con la mano y la mordió, lo hizo para indicarle como se hacía.

—ohhhhh, a ver si lo logro— Leo lo intentó como su prometido lo hizo, se sorprendió de la facilidad con la que podía comer, tras eso siguieron comiendo, poco a poco cada plato se vaciaba, al final ambos estaban muy llenos.

—ya no puedo—

—ja, parece que el campeón del mundo solo soporta diez tacos—

—tu tienes mas espacio, te comiste trece—

—no, yo me comí uno, tu hijo se comió doce—

Ambos comenzaron a reir, Lionel pagó la cuenta y pidió un poco más para llevar, salieron de ahí para ir al auto, lo ayudó a subir y manejó a la casa.

Al llegar lo ayudó a bajar y el llevó todo adentro para acomodarlo mientras memo iba arriba a ponerse su pijama, en casa siempre descansaba por indicaciones de la doctora y para evitar otro riesgo.

Messi subió después con el y se recostó a su lado para abrazarlo de cucharita.

—fue un día pesado para ti, debes dormir mi amor— besó sus labios con mucho amor.

—no caminé mucho mi cielo—

—pero aun así, llevas a nuestro hermoso frijolito, ya sabes como se llamará?—

—no cielo, debemos pensarlo—

—si amor—

Se quedaron juntos recostados, Leo acariciaba suavemente el vientre de su omega, se quedaron dormidos hasta la mañana siguiente.

...

—wowww, como que Lionel Messi y Memo Ochoa están saliendo juntos? Mira, se toman de las manos— una chica leía el periódico local de la mañana, mucha gente lo compraba.

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Comentario del autor: hoy fue día de lavar ropa

Amor en fase de gruposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora