—acaso estás en celo?— el rostro de Lionel reflejaba miedo y nerviosismo, ambos estaban encerrados en su habitación sin manera de salir hasta que la electricidad volviera. El olor que desprendía Ochoa parecía alterarlo, estaba deseoso de acariciar su cuerpo y besar cada parte de el hasta quedar seco.
Guillermo estaba acalorado y una sensación de hormigueo recorrió su cuerpo, estaba sensible. Recordó las palabras de Andrés Guardado sobre los supresores y se arrepintió de no haberle hecho caso.
—s...si, nghh siento el cuerpo muy caliente— su respiración se aceleró y el aroma se esparció por toda la habitación. Sin embargo recordó las palabras del argentino, ambos estaban enamorados mutuamente.
Por un momento olvidó la amenaza del director técnico y se levantó para acercarse al alfa quien estaba nervioso.
—Te amo Lionel Messi y no puedo ocultarlo más, quiero estar contigo y no dejarte— lo acorraló contra la pared y flexionó sus piernas para quedar a su altura. Con una delicada urgencia besó sus labios y Leo correspondió de igual manera.
—debo encerrarme en el baño hasta que esto pase— Leo sabía que podía perder el control así que se alejó unos metros del omega y abrió la puerta para entrar.
Se recargó en ella y respiró profundamente, ese aroma lo estaba haciendo excitar. Una erección sobresalió de su pantalón de manera inmediata.
—Memo, yo también quiero estar contigo pero necesito saber si así lo deseas, quiero hacerte mío, acariciarte y besarte— acercó su oído a la puerta para escuchar una respuesta del omega.
Todo se quedó en silencio por varios segundos.
—si quiero— esas palabras fueron la llave. Lionel abrió la puerta y se acercó a Ochoa para volver a unirse en un beso.
Guillermo con rapidez comenzó a quitarle el cinturón, notó la protuberancia en el pantalón de Leo y lo empujó para que cayera en la cama.
"No se supone que yo soy el alfa aquí?" Pensó Messi, no estaba tomando el control de la situación. Jadeó al sentir como era despojado de sus prendas y de inmediato el comenzó a hacer lo mismo con las del omega. Con suavidad se recostaron y Leo quedó encima de el.
—los rumores eran ciertos— Guillermo sonrió al mencionar eso.
—rumores?— acaso la tenía pequeña?
—tienes el pecho frío— el semblante de Lionel cambió, su reacción fue una joya ante los ojos de Memo.
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Palabras del autor: voy a dividir este capítulo, voy saliendo de trabajar y quiero llegar a ver el partido, ahorita escribo lo demás
Gracias por entenderme y seguir aquí.
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Amor en fase de grupos
RomanceGuillermo Ochoa queda perplejo ante aquel tiro de Lionel Messi y un gol de amor entra en su corazón