Capítulo 32

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Ethan.

Sicilia, Italia.

Una pequeña sonrisa se pinta en mis labios al ver como la gran casa de mis tíos, se asoma en la carretera mientras que conduzco en esa dirección, giro para entrar en el camino de piedra y Anastasia, no pasa desapercibido los árboles que la ocultan a simple vista de los turistas curiosos.

—¿Soy yo o plantaron más árboles?—

—Unos cuantos más, dulzura— digo recordando la última vez que los visité— hubo un incendio forestal a varios kilómetros de aquí que tuvieron que plantar más, para que la gran mansión siguiera oculta—

—Nadie pensaría que detrás de todos esos árboles. Hay una gran casa con salida trasera directa a la playa, eso es lo que me gusta de la casa de los tíos—

—Ya somos dos, dulzura— respondo— ahora entiendo, por que a nuestros padres les gustaba hacer tanto las reuniones familiares aquí...—

—Hasta que nos corrieron— nos echamos a reír— realmente, les encanta tentar con la paciencia del tío Enzo—

—Sí, aunque es divertido como pierde los estribos con las idioteces del tío Vladimir. Se nota que el tío, ama mucho a su cuñado—

—Ajá, tanto que le terminó explotando un cuerpo encima—

—Sí, a esa clase de amor me refiero— volvemos a reírnos— debería hacerle lo mismo a mi suegro, estoy seguro que apreciará mi muestra de amor y afecto hacia él—

—Yo necesito presenciar eso— Anastasia, niega divertida— papá, se pondrá rojo de la furia—

—Combinará muy bien con la sangre—

—Touché, bebé—

—Le pediré a Leandro, que me muestre los explosivos—

—Espero que ande por estos rumbos—

—Lo está, me avisó cuando aterrizamos. Sabía que vendríamos a ver a los capos, así que, vino directamente hacia acá. Aparte, es el fin de semana de la tía Marissa con Flavio, aprovecha el aventón—

—Uhh, será bueno ver a la tía Marissa. Y preguntarle, ¿cómo diablos su hijo es un cabrón encantador?—

—Alegará que es culpa del tío Dante—

—¿Y no es así?—

—Claramente, sí. Leandro es la copia del tío Dante, lo hizo a su sombra y semejanza— respondo, asiente— la diferencia es que Leandro, es más sutil para soltar sus comentarios a diferencia del tío Dante, que hace más drama—

—Al igual que el tío Guido—

—Ese se lleva el premio, ni hablemos de Valerio—

—Ese se lleva el segundo premio—

—Sin duda—

Después de unos quince minutos, me estaciono en la gran entrada de la mansión y ayudo a Anastasia a bajar, su mano no suelta la mía mientras entrelazo nuestros dedos para comenzar a subir los escalones. Ni siquiera tengo que tocar el timbre porque antes de que lleguemos al último escalón, la puerta se abre donde veo una de las chicas del servicio, nos sonríe con amabilidad.

—Señor Stirling. Señorita Becker— inclina su cabeza brevemente, antes de señalarnos el interior de la casa— adelante, los señores Bianchi. Los están esperando—

—Grazie— respondemos al unísono.

Dejo que Anastasia, pase primero y entro seguida de ella tomando su cintura para comenzar a caminar hacia la sala. Veo como el demonio sube sus lentes de sol para colocarlos encima de su cabeza mientras que hago lo mismo, nuestros pasos junto a sus tacones resuenan en el espacio hasta que llegamos a la sala de estar, donde nos esperan más personas de lo que imaginé.

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora