Atractiva Seducción (HDLF #1)

Capítulo 34

Ethan.

Estático.

Esa es la forma en que me quedo en el momento que escucho el susurro de los labios de Anastasia, por su expresión ella tampoco esperaba que las dijera pero de alguna manera, las ha dicho. Creando una conmoción en mi pecho mientras que los latidos de mi corazón se aceleraban de golpe al igual que mi pulso, en una completa emoción que es difícil de expresar en palabras.

La respiración se me corta por un par de segundos y ambos nos hemos detenido en medio de la pista, sin saber que hacer realmente después de su confesión, nuestras miradas no despegan uno del otro hasta que una sonrisa comienza a formarse en mis labios, la respiración se me entrecorta con una pequeña risa de emoción.

—Dulzura...—

—Yo...— las mejillas se colocan rojas, mientras murmura por lo bajo— ¿Yo lo dije?—

Asiento, mi sonrisa se ensancha aún más mientras que una pequeña, se forma en sus labios que me arranca un momento el aliento.

—Dulzura, lo has dicho...—

—Yo...sí...lo he dicho...— sigue murmurando, la música y las personas a nuestro alrededor han dejado de importar, solamente me concentro en ella— Ethan...mierda...es...—

—Respira, dulzura—

Parece que ambos apenas podemos procesar el hecho de que Anastasia, acaba de decirme que me quiere y no me sorprendo, cuando un pequeño miedo se instala en su mirada azul. Se suelta de mi agarre para dar un pequeño paso atrás.

—Yo...aire...con urgencia...—

Antes de que me diera cuenta, mi novia acaba de saliendo del salón prácticamente corriendo ante la confesión que me ha hecho. En cambio, yo no puedo borrar la sonrisa estúpida de mi rostro para comenzar a correr detrás de ella, esquivo a mis primas que me preguntan que ocurre pero les digo que les contaré después.

Necesito ir detrás de ella.

No puede decirme te quiero, sin esperar que le bese la jodida boca por habermelo dicho a la cara.

Mierda.

¡Me lo ha dicho!

¡Anastasia Becker, me ha dicho que me quiere!

Cuando salgo del lugar, miro hacia ambos lados en busca de la mujer de la cual prácticamente he estado enamorado desde que era un niño. Finalmente, encuentro su figura corriendo por el pasillo para dar vuelta en busca de una salida, no dudo ir detrás de ella, gritando su nombre.

—¡Anastasia!—

Claramente, me ignora y no la culpo.

Que me haya confesado que me quiere, ha sido un gran paso para saber que las cosas entre nosotros no terminarán en los seis meses que estipulamos en el contrato. Todo estaba cambiando entre nosotros de una manera que nunca imaginamos, pero al final, es algo que nos estaba permitiendo ser felices.

—¡Anastasia!—

No me responde.

Finalmente, logro alcanzarla y tomo su brazo con cierta fuerza pero no la suficiente para hacerle daño. Arrastro su cuerpo para aprisionarlo contra la pared más cerca que encuentro y una de mis rodillas separa suavemente sus piernas, subiendo la falda de su vestido rojo que me ha fascinado desde el momento en que lo vi puesto en su hermosa figura.

Su mirada azul se encuentra ligeramente cristalizada con el miedo aún pintado en sus ojos pero también, veo una emoción profunda cruzando por ellos que le da pelea al miedo que tiene de mostrarse vulnerable de nuevo y ser lastimada, su respiración se encuentra ligeramente entrecortada mientras que el color de sus mejillas, aumenta al ver la sonrisa en mis labios.