Ethan.
Sostengo a Anastasia, en el momento en que sus piernas fallan mientras que las lágrimas junto a sus sollozos hacen eco en todo su estudio.
Admito que tenía un rato mirándola desde el cristal de la puerta, observando con detenimiento cómo volvía a pintar, así como fui testigo de los temblores que comenzaron a sacudir su mano de forma brusca, al punto en que terminó tirando la paleta con la pintura, hasta el desastre del thinner que se esparcía por el suelo en estos momentos.
Sin embargo, lo que terminó por facturarme el alma, fue escuchar su grito de dolor mezclado con frustración ante todo el desastre que se había formado por el temblor de su mano.
No dudé en acercarme a ella, sabiendo que probablemente he roto la santidad y tranquilidad de su refugio seguro, pero por ningún motivo pensaba dejarla en este estado.
No cuando necesita un soporte para colapsar.
Y por mucho que me duela, tengo que aceptar que finalmente, la burbuja de felicidad mezclada con tranquilidad en la que se encontraba desde que salió del hospital, se ha roto en ella.
Lo sabía, en el fondo siempre lo supe.
Desde que comencé a notar como la chispa de la mujer que amo, comenzaba a volver, sentía que había algo en ella que estaba incompleto en su totalidad, y no me refiero al asunto de su mano dañada, no.
Si no, que había algo incompleto en el sentido emocional con ella.
Sabía que era cuestión de tiempo y paciencia, para que ella, se diera cuenta que algo no terminaba por cerrar en su cabeza y en sus emociones, porque pudo haber cerrado varios procesos en Rusia, pero le faltaba un reto que enfrentar.
El volver al inicio que marcó todo el dolor de su vida.
Alemania, era el último detonante que debía enfrentar.
Para que pudiera terminar de romperse y después de romperse, volver a reconstruirse.
Siempre debió ser así, porque mientras no enfrentara el reto que implicaba volver a Alemania, algo en ella seguiría siendo incompleto.
No puedo decir que me alegra que haya salido de esa burbuja, por supuesto que no.
Me dolía.
Me sangraba el alma.
Me ardía el pecho, al verla llorar con tanto sentimiento y frustración que sentía una impotencia, al no poder ayudarle como merece, porque sabía de antemano que ella misma debía pegar esas piezas rotas de su interior, para darles una nueva forma.
Aunque me sienta tan impotente al no poder ayudarla, siempre sería la roca en la cuál podría apoyarse en su derrumbe.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura, mientras que la arrastro lentamente hacia la otra pared, para alejarnos del desastre que se ha hecho en el suelo y evitar, que se haga daño con algunos de los objetos rotos que se encuentran esparcidos.
Los sollozos entrecortados de Anastasia, siguen haciendo eco mientras que siento, como sus lágrimas llegan a mojarme el dorso de mi mano, mientras que su cuerpo no deja de temblar en mis brazos.
Cuando llegamos a la pared opuesta, muy lejos de la obra que trató de pintar, pego su espalda a mi pecho, a la par que pego la mía a la pared y ambos, comenzamos a deslizarnos por ella hasta llegar al suelo.
—Shh...— murmuro en tono suave, buscando que suene tranquilizador para ella— aquí estoy, dulzura. Aquí estoy...—
No me responde, pero mis palabras parecen avivar sus lágrimas junto a sus sollozos, por qué siento como los temblores de su cuerpo empeoran, antes de que tire un poco más de ella hasta que termina encima de mi regazo, con mis brazos alrededor de su cuerpo.
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Atractiva Seducción (HDLF #1)
General FictionHerederos de las Flores #1 Anastasia Becker y Ethan Stirling son dos personas totalmente opuestas pero al mismo tiempo completamente iguales en lo que respecta en su ambición por el poder y demostrar quién es el mejor. De niños eran las personas má...