Atractiva Seducción (HDLF #1)

Capítulo 16

Anastasia.

Hago una pequeña mueca ante el dolor mientras trato de incorporarme para recostar mi espalda en el cabecero, ya me harté de estar acostada y suspiro con cierta frustración al ver que ni siquiera puedo levantarme. Dejo caer mi cabeza de golpe contra mi almohada, miro el techo con los brazos extendidos.

Me recuerdan a un sticker.

—Maldita sea...—

Una risa baja me saca de mi trance, giro mi cabeza hacia la puerta para ver a Ethan, entrando tranquilamente con una bandeja de comida en sus manos, niega divertido.

—¿Tan pronto te quejas?—

Resoplo, rodando los ojos.

—Me cansé de estar acostada— respondo, asiente colocando la bandeja en mi mesa de noche a mi lado— intenté incorporarme, pero la anestesia definitivamente ha pasado y...— me señalo a mi misma— estamos aquí, ni incorporarme puedo—

—Ven, déjame ayudarte—

Asiento con cierto agradecimiento mientras una de sus manos toma la mía y la que queda libre, se apoya en mi espalda para ayudarme a incorporarme. Suspiro con algo de alivio antes de hacer una pequeña mueca por las punzadas de mi abdomen al momento en que me siento, Ethan acomoda rápidamente las almohadas en mi espalda y me recuesto en ellas.

—¿Mejor?—

—Mucho mejor, sin duda— respondo.

—¿Están bien las almohadas así?—

—Lo están— sonrío un poco— estoy bien, sarnoso. No me voy a morir aún, no tienes tanta suerte—

—Tsk— chasquea su lengua divertido— una verdadera lástima, estoy seguro que tus padres, ni tus hermanos, extrañarían el demonio mimado y caprichoso que ronda por esta casa—

—Eso debería ser ofensivo, ¿sabes?—

—¿Tengo cara de qué me importa?—

—Tienes cara de ser un perro sarnoso muy amargado y arrogante— aseguro, se ríe de nuevo— de algo estoy segura...— lo señalo— tú, sí me extrañarías—

—Mm...— asiente con una pequeña sonrisa, mientras acomoda la bandeja de comida— ¿Sabes que soñar es gratis, no?—

—Lo sé— afirmo— pero, te garantizo que no sería un sueño bonito—

—Puedo estar seguro que tus sueños, nunca son bonitos para la mente rubia diabólica que tienes, Anastasia—

—Eso...— intento parecer ofendida— demonios, realmente quiero refutar ese argumento, sarnoso—

—No se pueden refutar los hechos verídicos, dulzura—

—Lo sé—

—Admítelo, Anastasia. No hace daño—

Arqueo una ceja.

—No hasta que admitas que soy un demonio encantador—

—Prefiero quedarme con la duda, gracias—

—Perro cobarde—

—Cabra mimada—

Ambos nos reímos de buena gana e ignoro la pequeña punzada de mi abdomen que se hace más llevadera. Muevo la cuchara suavemente por el plato hondo lleno de crema de champiñones, no es que sea fanática de las comidas líquidas pero el médico claramente me dijo que por el momento, debería darle a mi estómago líquidos.

Ethan se queda a mi lado todo el tiempo que necesito para cenar, de vez en cuando lo miro por el rabillo del ojo. Ciertamente, sigo algo sorprendida al verlo aquí unas cuantas horas después de que se hijo de puta, me apuñalara.