Atractiva Seducción (HDLF #1)

Capítulo 47

Ethan.

Las cejas de Alik Hoxha, se arquean con cierta sorpresa ante mis palabras mientras que le da un trago a su taza de café de desechable, ambos nos encontrábamos en la cafetería del hospital, en una mesa lejana a la que se encontraba mi madre con su café y su teléfono en mano.

Alik, parpadea un par de veces como si estuviera asimilando la información que le acabo de dar. Nunca me imaginé que podría sorprender a un sociópata con tendencias sádicas y que tiene claramente, un rencor hacia la mujer que me ha traído a la vida, pero que soporta estar en el mismo círculo que mi madre por Marina.

—Espera, creo que escuché bastante mal tus palabras. Muy mal, diría yo. Necesito hacerme una revisión en los oídos, lo más probable— exclama, rasca el costado de su cabeza con el ceño fruncido— ¿Quieres que sea tu abogado y asesor legal en tus empresas?— asiento con lentitud— ¿En tu empresa? ¿Misma empresa que pertenece a tus padres que probablemente hubiera sido mi primer regalo a quedarme en caso de que matara a todos los Stirling para quedarme con todo lo mío?—

Ruedo los ojos ante sus palabras y tengo que hacer un esfuerzo para no irritarme con su sarcasmo y humor negro, tendré que soportarlo, dado que va a trabajar para mí en la empresa.

—Deja de decir que nos matarás o lo tomaré en serio, y entonces, tendremos problemas— siseo, me mira de esa manera en que me dice que le vale una mierda mis palabras— en serio, Hoxha. Para nadie es divertido, oírte decir que nos vas a matar cada maldito día—

—Eso es por que no tienen sentido del humor— bufa, gruño con impaciencia— que sean unos amargados de mierda, no es mi maldita culpa—

—¿Es tu forma de decirme que te gusta ver las cosas de un modo positivo sin entrar al sentimentalismo?— inquiero en burla, con una ceja arqueada— no sabía que eras una llorica, Hoxha—

—Te garantizo que la llorica tiene una forma bastante dolorosa y sangrienta de demostrar mi sentimentalismo hacia ti, Lobo— una gran sonrisa falsa, se pinta en sus labios— y lo mejor, será completamente gratis. No te voy a cobrar la factura médica por romperme los nudillos, al estrellarlos en tu jodido rostro—

—Quiero verte intentarlo, Alik— respondo con cierta arrogancia, ambos nos desafiamos con la mirada— nadie me ha vencido, ¿que te hace creer que podrás conmigo?—

—Sencillo— una sonrisa sádica se forma en sus labios, pero no pierde su toque de elegancia de revista de muebles— los sociópatas, no sentimos pena por los demás. Mucho menos sus contrincantes, Lobo. Así que, provocarlos no te conviene y mucho menos, provocarme no te conviene—

—Me pregunto...— una sonrisa malvada se forma en mis labios ahora— ¿Que dirá Marina cuando sepa que quieres golpear al hombre de la mujer que más le importa en la vida?—

Una carcajada sale de los labios de Alik, mientras niega divertido y bebe un trago de café.

—Ay, Lobo. A veces me pregunto si realmente, tienes sentido de la inteligencia—

—¿Me insulto o halago, Hoxha?—

—Lo que más quieras, pero, sí te sientes ofendido, por algo será— sisea sin borrar la sonrisa de sus labios— y en segundo, ¿que te hace creer que el sermón de Marina cambiará el hecho de que te voy a romper el hocico de perrito faldero que tienes?—

—Pff, por favor, Alik. Aquí todos sabemos que esa mujer te tiene cogido de las pelotas—

—No solamente me tiene cogido de ellas— arquea una ceja en diversión— también, me las chupa como una perra diosa del sexo y eso, no influye que deje de ser un cabron con todo el mundo, incluyendo al ratoncito. Así que, anda, acúsame con Marina y que ella, me dé el sermón y verás, cuánto me importa hacerle caso—