Capítulo 26

14.2K 989 330
                                    

Anastasia.

Las palabras mueren en mi boca ante el hombre que tengo aquí, una sonrisa enigmática cruza por sus labios antes de inclinar su cabeza en mi dirección, sus dedos se mueven suavemente y no puedo evitar que mi mirada se vaya hacia la ausencia del meñique, no parece importarle que lo observe fijamente por qué se ríe por lo bajo a lo que mi cuerpo se tensa, inevitablemente.

Reizo Hashimoto.

Actual heredero de la Yakuza.

Está en el territorio de los Emperadores.

Él, no sus lacayos.

Él.

—Señorita Becker, no sabía que era tan fácil de sorprender...—

Habla en tono suave pero al mismo tiempo destila todo el poder y peligrosidad que posee. No solamente con su habla, si no, con su lenguaje corporal, podría verse en una postura relajada contra la mesa, pero todo en él gritaba que era sumamente peligroso.

E incluso, podría apostar que destila más poder y peligrosidad que Ethan.

Y miren, para que yo llegue a esa conclusión. Es que realmente, puedo sentir la vibra peligrosa, poderosa y mortal que desprende el japonés a mi frente quién no borra su sonrisa al ver que no aparto la mirada del lugar vacío en su mano, donde se supone que debe estar su dedo meñique.

No parece molestarle, porque su sonrisa se ensancha un poco más antes de mostrarme la mano tatuada con los cuatro dedos que posee, asiente en mi dirección.

—Sí, señorita Becker. Tengo nueve dedos, los susurros del bajo mundo, no mienten—

El tono burlón de su voz, termina de sacarme ligeramente de mi ensoñación y carraspeo para retomar mi compostura, trago ligeramente en seco ante sus ojos negros que me escrutan fijamente por un par de segundos, sin mostrar alguna emoción de su parte, lo que tensa un poco más mi cuerpo.

Claramente, Hashimoto, lo nota.

—No le haré daño, señorita Becker— responde en el mismo tono suave y oscuro, ese que guarda más cosas de las que seguro piensa y dice, se recarga en la silla con una postura relajada— simplemente, quería hablar con usted— ladea su cabeza— y de paso, conocerla un poco más...—

—Usted...— me sorprende que esté a mi frente— ¿Cómo diablos ha entrado a estos territorios?—

Simplemente, se encoge en hombros con una sonrisa enigmática en sus labios mientras entrelaza sus dedos uno con los otros, ciertamente es curioso ver que tiene tinta hasta la punta de ellos pero rápidamente, me concentro en sus palabras.

—Tengo mis trucos, señorita Becker—

Arqueo una ceja con cierto escepticismo, sonríe un poco más con cierta arrogancia.

—Tranquilícese, que nadie dentro el Imperio Chino, es un soplón de mi parte— responde sin perder el tono suave, uno que comienza a sacarme un poco de mis casillas— me gusta arriesgarme, pero tampoco soy estúpido, señorita Becker—

—Sí usted, lo cree—

Se ríe suavemente antes de hacerle un asentimiento a la mesera que pasa por un lado de nosotros, la chica de inmediato se acerca a nosotros con una sonrisa amable hacia el hombre a mi frente.

—¿Desea ordenar algo, señor?—

—Sí, me gustaría un mocha en las rocas y los dos últimos pastelitos de luna que tienen en la vitrina...— la chica apunta su pedido. Entonces, me mira antes de bajar en dirección a la taza de café— y otro café, para la señorita. Por favor—

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora