Ethan.
Gruño ante el incesante dolor de cabeza que me golpea con cada respiración que doy y la luz que se cuela por el ventanal de mi habitación, tampoco ayuda. Me doy la vuelta en el cama para buscar una mejor posición, estiro uno de mis brazos en busca del cuerpo del demonio rubio con la cual he tenido sexo toda la noche.
Una de mis cejas se arquea al sentir la cama vacía y fría, finalmente abro los ojos pellizcando el puente de mi nariz para calmar el dolor de mi cabeza, parpadeo para acostumbrarme a la luz y miro hacia mi lado izquierdo, inesperadamente el no encontrar al demonio rubio de ojos azules, me saca una sonrisa.
Sabía que se iría en la primera oportunidad.
Niego con cierta diversión mientras me incorporo un momento, pegando mi espalda al cabecero y cubro parte de mi desnudez con la sábana. Observo la ciudad de Berlín que se muestra desde el ventanal de mi habitación, respiro profundamente para calmar mi dolor de cabeza que se hace peor.
Debería levantarme de la cama, pero me da cierta pereza hacerlo.
Una sonrisa más grande se pinta en mis labios al recordar cada momento que pasé con Anastasia en su oficina y mi cama, ciertamente, el deseo que ambos llevábamos ocultando desde que prácticamente comenzamos a tener conciencia de nuestra atracción, superó cada una de mis expectativas.
Y siento que eso no será suficiente.
Quiero más.
Conociendo a la pequeña demonia y a su forma de huir esta mañana, dudo que quiera repetir lo de anoche. En parte de que estábamos bajo los efectos del alcohol, hay que recordar que mi estadía aquí no será permanente, incluso ella misma lo dijo.
Solo por esta noche.
Una vez que caes en la tentación del fruto prohibido, es difícil resistirse a él.
Finalmente, decido levantarme de la cama y darme una ducha, no me sorprendería que mis hermanos junto a mis primos, no hayan llegado aún, esos idiotas con alcohol en su sistema son capaces de perderse hasta dos días completos en la borrachera.
No tardo más de diez minutos en la ducha y me pongo algo de ropa casual, dejando de lado los trajes por el día de hoy. Junto los condones que hay esparcidos en la habitación y los echo al tacho de basura después de hacerles un nudo, ciertamente Anastasia y yo no nos medimos con la cantidad. Honestamente, ni siquiera me tomo la molestia de contarlos.
Tomo las sábanas para colocarlas en el cesto de la ropa sucia y dejo la cama solamente con el forro, la señora de la limpieza que vendrá más tarde ya se encargará de poner todo limpio. Me es imposible no sonreír al detectar el ligero aroma a perfume de Ana en toda la habitación, río entre dientes sabiendo que ese demonio tiene más efecto en mí de lo que quiero admitir.
Salgo de mi habitación y voy a la de mis respectivos hermanos, no me sorprendo al ver ambas camas vacías, señal de que esos dos no han vuelto de su fiesta y probablemente, tendré que ir a buscarlos en alguna parte de Berlín, metidos en un lío.
Como siempre.
Patrick y Calipso pueden odiarse las veinticuatro horas del día, pero cuando se trata del alcohol y las fiestas, son más unidos que lapas. Si no fuera por la diferencia de edad, hasta pareciera que ambos compartieron el útero de mamá un buen tiempo. Mi madre tampoco miente que con el alcohol, son un peligro andante.
En especial mi hermana.
Al ser una buena combinación de Rea y Sevastien Stirling, todo suele ser un desastre la mayor parte del tiempo. Alocada como mamá, ocurrente como papá y filtro nulo de ambos. Pero, cuando la haces enojar. Es una mortalidad que no querrás conocer, cuando se trata de la mafia, Calipso es como nuestra abuela— o eso nos han dicho el abuelo y mis padres —su forma de hacer las cosas y ese sigilo que posee, son de la primera Reina Roja de la Bratva.
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Atractiva Seducción (HDLF #1)
Ficção GeralHerederos de las Flores #1 Anastasia Becker y Ethan Stirling son dos personas totalmente opuestas pero al mismo tiempo completamente iguales en lo que respecta en su ambición por el poder y demostrar quién es el mejor. De niños eran las personas má...