Capítulo 37

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Anastasia.

Bailar.

Eso era lo que Ethan y yo habíamos hecho durante gran parte de la noche mientras nos reíamos ante nuestros movimientos, pero era una risa de felicidad. Sus pies no dejan de moverse al compás de los míos al igual que los míos, mis hombros se movían al ritmo de la música al igual que los suyos.

Nuestros zapatos al igual que el de los demás miembros de nuestra familia que se encontraban en la pista de baile, resonaban por toda la madera y no puedo dejar de sonreír hacía mi novio, cuando toma mis manos para darme un giro y doy un pequeño brinco para apoyar mis rodillas un momento en su muslo antes de que continuemos con nuestro baile y hable cerca de mi rostro.

—Se le dije, mi bella dama— me guiña el ojo, río— soy un buen bailarín—

Vuelve a tomar mis manos para que bailemos más juntos mientras damos un par de giros a pequeños brincos, las suelto comenzando a moverme más rápido al ritmo de la música y Ethan, no duda en seguirme el ritmo de forma perfecta que me hace pensar que al final, siempre vamos a encajar de muchas maneras que me hacen feliz.

Él me hace feliz.

Demasiado.

Cuando estoy a punto de acercarme de nuevo a él, un tirón en mi mano me pega a un pecho que me es familiar, antes de que me eche a reír, niego divertida.

—¿No vas a bailar con tu padre, demonio encantador?—

—Creo que eso no se pregunta, papá— nos reímos— espero que tus pies de anciano, puedan seguirme el ritmo, Dominick Becker—

Mi padre arquea una de sus cejas rubias con una sonrisa.

—¿Acaso es un reto, princesa?—

—Depende de cuánto sea tu aguante, papá— señalo a mi novio con mi cabeza, quién bailaba con mamá de forma alegre, parece que decidieron cambiar de lugares— el caballero de ahí con algunas pulgas...— se ríe de buena gana— ha seguido muy bien mi ritmo, ¿crees que puedas superarlo?—

—Cualquier cosa que haga ese perro que tienes como novio, princesa. Siempre voy a superarla, quiero que lo sepas—

—No veo moverte, papá—

Sin dejar de reírnos, mi padre y yo comenzamos a movernos por la pista de baile cuando la canción, se hace más movida que nos tenemos que separar un momento para hacer pasos individuales. Mis piernas se estiran mientras que acompaño mis pasos con unos pequeños brincos, antes de que vuelva a tomarme en sus brazos para seguir bailando.

—Creo que las gemelas, no se equivocaron en escoger la temática— digo sin dejar de bailar— hace tiempo que no bailábamos, todos juntos en una buena fiesta—

—Sin duda, me trae un par de épocas buenas con tu abuela— me da un giro, chillo con una pequeña sonrisa cuando me inclina hacia atrás— ¿Sabes que a ella le gustaba bailar con tu abuelo este tipo de música?—

Mis cejas se arquean un poco con cierta sorpresa ante las palabras de mi padre. Cuando se trata de la abuela Ana a lado de Conrad Becker, no suele decir mucho dado que ese hombre, nos hizo un daño cuando vivíamos en Los Ángeles, sin contar el daño hacia mamá hace muchos años.

—Es raro que le digas abuelo a Conrad, papá— respondo— no sueles hablar de él, más con el daño que nos hizo—

—Lo sé, princesa— suspira con cierta pesadez, sus ojos azules de opacan un poco con culpa y dolor, traga saliva— más, me dí cuenta que mi padre, no siempre fue el villano tan horrendo que se pintaba—

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora