Capítulo 59

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Ethan.

La expresión asombrada de Anastasia, era digna de una fotografía mientras que sus ojos brillaban aún con lágrimas contenidas ante el sortija que mostraba ante ella, pidiéndole de forma oficial que se convirtiera en mi esposa.

Probablemente, era la propuesta de matrimonio menos romántica.

Sin embargo, era la más romántica para el concepto que teníamos nosotros mismos de nuestra relación.

Desde hace muchos años, desde que me di cuenta que Anastasia Becker era la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida y con la cuál, anhelaba formar una familia. Porque tenía todo de ella, así como tenía todo de mí.

Tenía su amor.

Pronto, tendríamos a nuestro pequeño pejelagarto en nuestros brazos para ser una familia.

Solamente, faltaba que se convirtiera en mi esposa.

Entonces, todo estaría completo en mí.

Tal como siempre he soñado desde el momento en que la conocí.

Le había contado una pequeña mentira a Anastasia, acerca de esta noche.

No tenía un cargamento de armas colombianas que supervisar, estaba a la espera de que Renzo junto a mis cuñados, llegaran con el anillo que mandé hacer especialmente para Anastasia, luego de que de forma clandestina, tomara uno de sus anillos para que le tomaran la medida y poder hacerlo de acuerdo a mis especificaciones.

Sin embargo, tuvimos unos pequeños problemas con la aduana que me demoraron, pero finalmente, tenía el anillo en mis manos y sentía como su peso aumentaba con cada metro menos que faltaba para llegar a casa con mi mujer y mi próximo hijo.

No tenía la intención de hacer las cosas de esta manera, pensaba hacerlo de la forma más romántica, donde una noche fuera marcada por este acontecimiento importante, pero no pude resistirme, no mucho tiempo más.

No cuando el último paso para que todos mis sueños se hicieran realidad, estaba tan cerca, para ser planeado en días.

No pensaba decirle de esta forma, pero la charla comenzó a fluir de forma tan natural que no pude aguantar más las ganas de preguntarle e internamente, me felicitaba por hacerlo en este momento, porque creo que no habría forma en que pudiera preguntarle que se casara conmigo, sin que los nervios acabaran conmigo de la peor manera.

Veo como su mirada azul brilla en lágrimas aún más al ver el brillo suave que emitía los diamantes por la luz de la lámpara, y los nervios que sentía inicialmente, comenzaban a volver con más fuerza mientras que una gota de sudor, se deslizaba de mi nunca hasta toda mi columna ante su silencio.

Mierda, ¿lo habré dicho demasiado pronto?

Lo que menos quiero es que se sienta presionada a darme una respuesta, o crea que le he pedido matrimonio, porque está esperando a nuestro pejelagarto y no tenemos más opciones que casarnos para darle un buen futuro a nuestro hijo.

No pienses así, Stirling.

Sin embargo, mis pensamientos no dejan de trabajar de forma frenética ante su silencio mientras pequeñas lágrimas, se deslizan por sus mejillas y sus labios, tiemblan antes de que los muerda y la preocupación junto al sudor, aumentan en diferentes partes de mi cuerpo.

¿Y sí realmente era demasiado pronto para ella?

¿O sí todavía no se sentía segura con el tema de un compromiso a largo plazo para nosotros?

¿Qué pasa si quiere una relación sin matrimonio para criar a nuestro pejelagarto?

¿Y sí no quiere estar atada de por vida a mí?

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora